Andalucía ha liderado la reducción del paro y el crecimiento del empleo año tras año y jamás el Gobierno socialista ha negado que hubiera que seguir trabajando para mejorar los datos. A pesar de esto, un año más, Andalucía se ha puesto a la cabeza de las comunidades en cuanto a la creación de empleo. Se ha recuperado el nivel del número de empresas hasta cifras anteriores a la crisis económica. Y todo es consecuencia de la herencia del anterior Gobierno de Susana Díaz. Y, ahora, ¿qué nos encontramos con el tripartito de derechas? Que es lento en la gestión, que improvisa y que no tiene iniciativas, excepto su ansia por ocupar buenos sillones. Moreno Bonilla critica las cuentas que se ha encontrado y se excusa en que no va a poder bajar los impuestos que prometió, pero no ha tenido problema con el impuesto de sucesiones y donaciones. A partir de ahora, los millonarios, las familias que hereden más de un millón de euros no tienen de qué preocuparse.
Los demás sí nos preocupamos. Nos perturban sus mentiras. Sus fingidas prisas por abordar mejoras en las infraestructuras y en los servicios básicos. Y son ficticias porque no van a hacer nada hasta pasadas las Elecciones Municipales, dado que Moreno Bonilla ha postergado el debate presupuestario hasta después del 26 de mayo, y no se han ruborizado ante esta falta de madurez política e institucional. El tripartito no tiene proyecto político para gestionar las necesidades de la ciudadanía. Lo está demostrando cada día.
PP, C´s y Vox no quieren que Andalucía tenga las cuentas pronto y, sobre todo, claras. Sólo les preocupa tener poder institucional para controlar las acciones de Gobierno, aunque incurran en contradicciones de bulto. El cribado de cáncer de colon o la apuesta por la discapacidad, con la promulgación de una Ley autonómica son muchas de las innumerables cuestiones que ya puso en marcha el PSOE, un gobierno pionero en estas y otras medidas de carácter social.
El Gobierno de la derecha no es creíble y nos infravalora a los andaluces y andaluzas. El juego de la aritmética parlamentaria les ha dado la oportunidad de gestionar. Inventan un Gobierno del cambio, pero no es tal. El simple y llanamente, de derechas, y ahora es cuando se van a retratar y se quedarán sin careta. Una cosa son las ruedas de prensa y otra, muy distinta, es la acción de Gobierno. Ahí andan muy pez.