Recientemente hemos conmemorado el 40 aniversario de los ayuntamientos democráticos. Los ayuntamientos y las diputaciones se erigían 1979 en las instituciones más próximas a la gente y 759 ayuntamientos andaluces se convertían en espacios donde ejercer la libertad que durante tantos años había sido cercenada y prisionera del autoritarismo. Se abría un horizonte de esperanza y la gente podía ser escuchada en la puerta más cercana, su ayuntamiento.
Cuarenta años más tarde la realidad nos muestra la necesidad de valorar lo importante que es la participación en las urnas. Una gran oportunidad para manifestar lo que nos preocupa, las carencias en equipamientos, medio ambiente, educación, sanidad, cultura o servicios sociales. Ahora este país tiene que consolidar el desarrollo social, económico y de creación de empleo y bienestar que España merece. Cuestiones como la incorporación de la mujer en todos los ámbitos sociales ha sido uno de los mayores logros de la democracia y nadie tiene derecho a robárnoslo. Esta conmemoración de ayuntamientos democráticos nos debe refrescar la memoria de dónde partimos y cómo en las instituciones locales no pueden peligrar la atención a las mujeres en mejorar su empleo, asesorarle a ser autónomas, a no huir cuando son maltratadas y a sentirse ciudadanas de primera.
El municipalismo en estos cuarenta años ha sido un baluarte para reivindicar una financiación justa y acorde a las competencias de la institución más cercana a la gente. Cuando la crisis se hizo más patente, los ayuntamientos hicieron los deberes, redujeron la deuda y una gran mayoría registró superávit y ayudó a equilibrar las cuentas del Estado. A cambio recibieron con el PP recortes y limitación de sus competencias. Esto es lo que hay que tener en cuenta para identificar qué fuerzas políticas creen en el municipalismo y quienes lo utilizan para las macro cifras pero no respetan el esfuerzo y la responsabilidad.
Hay otro fantasma que amenaza a los pequeños municipios, sobre todo del interior, que es la despoblación. Empieza a afectar a 533 municipios andaluces que cuentan con menos población que hace diez años. La despoblación genera desigualdades y necesitamos que las fuerzas políticas con vocación de gobierno, consideren este tema, como hacemos los socialistas, de intervención prioritaria para el presente y el futuro en nuestro país que exige un gran Pacto de Estado.