Juan Carlos Pérez Navas. Senador electo del PSOE de Almería.
Después de meses de espera, de anuncios y contra anuncios, de bandazos, de contradicciones diarias entre lo prometido y lo que realmente se quiere o se hace, de hacer todo lo contrario a lo que se criticaba en oposición a golpe de desconcierto y huidas hacia delante con ataques permanentes a los demás sin gobernar y echando de menos la oposición, el PP, Ciudadanos y Vox –aunque pretenda chantajear más aún- han dado a luz al Presupuesto de Andalucía casi 6 meses después su toma de posesión. Con calma.
De entrada y a falta de un exhaustivo detalle de comparaciones, porcentajes y otros cálculos necesarios para comprender las cifras del gobierno de las derechas, ya la presentación anuncia que estamos ante un ejercicio de trilerismo y estafa que nos dará muchas sorpresas y motivos para análisis. Un ejemplo es querer anunciar comparaciones entre lo que se consigna en las partidas y lo que, según el Gobierno, se ha ejecutado; y todo ello sin más contestación y rigor y sin que se pueda contrastar por ningún órgano al que se le encomienda esta labor. Otro dato: Moreno Bonilla decía en campaña que su prioridad era el empleo y anunció 600.000 puestos pero, ahora, en su primer presupuesto, reduce un 15% el dinero dedicado a la generación de empleo, dejando de ser una prioridad como hasta ahora lo había sido para los gobiernos socialistas respaldados siempre por los acuerdos con sindicatos y patronal.
No contentos con esto y después de vendernos que estos presupuestos son los más sociales y los que más dedican a educación o sanidad -algo que nadie a esta altura se cree de un gobierno de derechas y extrema derecha-, descubrimos que el Presupuesto cae en 130 millones para el Servicio Andaluz de Salud y que, seguramente –ya lo veremos- aumentará su inversión en la sanidad privada o educación concertada. La educación es la política más perjudicada por este gobierno de las derechas, junto al empleo, ya que sólo crece un 3,5% y pese a que Moreno Bonilla prometió en campaña que crecería un 5%. Observamos que la educación concertada crece un 5,4% más de lo que crece el presupuesto, lo que pone en evidencia que tampoco la educación es una prioridad para PP y CS, empezándose a confirmar la previsión de un gobierno de derechas que empezará con sus primeras medidas a desmontar los servicios públicos apostando por políticas de concertación con lo privado.
Precisamente respecto a los servicios públicos se cumple otra previsión negativa para el sector público de Andalucía, puesto que se deja de cumplir con el acuerdo marco y el empleo público no crecerá, así como la tasa de reposición del 8%. Con ello, se menoscaba la calidad de los servicios públicos y no se recuperan los derechos sociales de los trabajadores y empleados públicos andaluces.
Otro aspecto trascendental en un presupuesto es su capacidad inversora, siendo la inversión pública el primer motor de creación de empleo y de locomotora para la calidad de nuestras infraestructuras, equilibrio en territorios y mejora de la calidad de las instalaciones que prestan servicios como los de educación o sanidad que nos afectan a todos. Comprobamos, en el Presupuesto de las derechas que, caen las inversiones en todos los sectores y una provincia como la de Almería se ve seriamente afectada, relegándolo a inversiones ya comprometidas y consignadas con anterioridad en ejecución o en planificación. Las derechas no apuestan por ninguna nueva inversión que contribuya a nuestro desarrollo y vertebración.
Los presupuestos empiezan a implantar un modelo en el que nuestros servicios públicos y nuestros derechos conquistados que nos han convertido en una comunidad autónoma puntera en calidad y prestaciones pasan a no formar parte de las intenciones y prioridades de un gobierno que se aparta del interés general para reconducirlo a los intereses particulares y no generales. Los socialistas vamos a permanecer firmes y defenderemos los derechos de la ciudadanía para evitar más retrocesos de la mano de las derechas.