Juan Carlos Pérez Navas, senador del PSOE de Almería
En el debate de investidura, tal y como marca la Constitución, el candidato deberá exponer su programa político para formar un gobierno y, este lunes, el discurso de Pedro Sánchez ha estado a la altura del momento político trascendental que vive nuestro país. Sánchez ha ofrecido un discurso social y de avance para dar respuesta a los millones de personas que votaron progreso y para combatir con propuestas y un programa político los grandes desafíos que tiene nuestro país, bajo seis ejes: empleo, revolución digital, transición ecológica, feminismo, estado de bienestar-justicia social y las transformaciones de la Europa en la que creemos, gobernando así para todos los españoles.
Este país, en este momento histórico, tiene que avanzar, luchando frente a la involución de los partidos conservadores y la ultraderecha, que sólo quieren y ambicionan bloqueo para España y cuya única alternativa es insultar. Necesitamos un país que no dé ni un paso atrás en libertades y en los derechos civiles, que no cuestione el modelo de convivencia territorial y que, luchando contra la violencia machista, avance con justicia social. Necesitamos un país que, desde la lealtad de los votos recibidos, dé respuesta a las ilusiones y esperanzas de los millones de personas que salieron a votar el 28 de abril.
El discurso y el programa político que ha presentado Sánchez ha profundizado en las reformas que necesita el país, no sólo buscando una investidura, como marca la Constitución, sino marcando el camino para la estabilidad y la gobernabilidad, avanzando en derechos, libertades, transparencia y regeneración democrática, en una oportunidad que todos esperábamos, con acuerdos que den respuesta a esos millones de ciudadanos que quieren ya un gobierno de progreso a pleno rendimiento.
Frente a un discurso de Estado que ha mencionado a todos los sectores sociales y sus retos y urgencias, la oposición no ha estado a la altura de un debate de investidura, pudiendo afirmarse que nunca una oposición a un programa político hizo tanto el ridículo, con un PP que no ha sido capaz de convencer ni de dar las razones por las que no se abstiene y bloquea un país, simplemente porque no existen, y un líder de Cs que cada vez es menos líder y que se ha limitado a insultar y menospreciar a los millones de españoles que quieren progreso, diálogo y futuro, frente a la involución y lo que ellos mismos están representando allí donde ya gobiernan, en Andalucía concretamente, con amenazas a los derechos conseguidos y recortes en derechos civiles y en igualdad.
El discurso de Pedro Sánchez, progresista y de izquierdas, en todo momento ha querido buscar espacios de encuentros con otras fuerzas políticas, como con la propuesta en materia de educación, para que ésta sea la base sobre la que se asiente la segunda transformación, con una subida de la inversión educativa mínima que llegue al 5% del PIB, que no deje a nadie en el camino y que pueda, como quiere el PSOE, acelerar las apuestas ambiciosas por la igualdad, la sostenibilidad, el emprendimiento, la justicia social o la lucha contra el cambio climático, abriendo así las puertas a una España que avance. Esta España no se merece que, tras este debate de investidura, los partidos de la derecha bloqueen el gobierno; se merece que las fuerzas de izquierda apoyen con lealtad, desde el entendimiento, las ilusiones que millones de españoles depositaron en el PSOE para conformar un gobierno y que nadie lo trunque por otras ambiciones.
La segunda transformación planteada, la lucha contra la desigualdad, contra la precariedad laboral, blindar las pensiones y su sostenimiento público, la educación, la justicia social, las oportunidades para nuestros jóvenes, emprendedores, autónomos, las grandes infraestructuras como el Corredor Mediterráneo –tan importante para Almería y que el candidato a presidente reafirmó con totales garantías–, la transición ecológica de la energía y, sobre todo, la igualdad de todos los españoles son cuestiones que no pueden esperar y que requieren un proyecto de país como el que Pedro Sánchez ha defendido.