Martín Gerez Clemente. Portavoz del Grupo Municipal Socialista de VERA
Que a estas alturas haya que recordarles a algunos la naturaleza y funciones de las instituciones democráticas no deja de ser preocupante. Por ejemplo, que la Diputación de Almería, y el resto también, gestiona, como los ayuntamientos, la Junta de Andalucía o el Gobierno de España, el dinero de los contribuyentes. Es decir, los recursos económicos generados por la ciudadanía a través del pago de sus impuestos. Por mucho que el equipo de gobierno del PP de Vera actúe con si la Diputación fuera un órgano benéfico al que el dinero le cae de la Divina Providencia, no es así. Tampoco su presidente es un santo a adorar, rezar y rogar para que se digne a ungir con su dedo redentor en forma de subvención o se preste a regalar a los mandatarios municipales una foto ante los medios.
Viene al caso esta reflexión a raíz del Pleno extraordinario celebrado el pasado día 17 para abordar tres solicitudes de subvenciones con fondos europeos Feder. El objetivo es sustituir luminarias por otras más eficientes y con menos consumo eléctrico y más bajas emisiones de dióxido de carbono. Como no podía ser de otra forma, el Grupo Socialista apoyó desde el primer momento estas solicitudes. Aunque pueda parecer enrevesado, merece la pena detenerse en el procedimiento administrativo. Las tres subvenciones las debe aprobar el IDAE (Instituto para la Diversificación Energética, dependiente del Gobierno Central). Lo hace por orden de prelación, por fecha de presentación, en función de un cupo autonómico y con un importe a subvencionar del 80% de la inversión.
Dos de las subvenciones se solicitan directamente por el Ayuntamiento a ese organismo, como se hizo en años anteriores. La tercera se encomienda a la Diputación Provincial. Es esta institución la que tiene que presentarla junto a las de otros muchos ayuntamientos. Además, debe añadir una cantidad subvencionable del 15% del proyecto total según las bases publicadas. Sin embargo, alguien olvidó añadir que los proyectos que gestione se priorizarán a la hora de presentarlos mediante un sorteo previo. Es decir, que si en este sorteo la subvención dependiente de la Diputación queda en último lugar y el paquete de solicitudes se presenta antes que las dos del ayuntamiento, el municipio corre el riesgo de quedarse sin ninguna aprobación. Ya se advirtió en el Pleno.
De hecho, lo hizo el Grupo Socialista. Por toda respuesta, como si ni siquiera se hubiera entendido ese riesgo cierto, el portavoz del PP se limitó a agradecer profusamente y casi de forma servil a la Diputación y a su presidente por todo lo que, según él, hace por los municipios de Almería. Claro que se le olvidó decir que, primero, de ser así, solo cumpliría con su obligación, y que, segundo, de los casi 3,9 millones de euros que se solicitan, si se aprueban todas las subvenciones, la parte del órgano provincial es sólo de 256.000 euros. Recordar de nuevo que este dinero no sale de la hucha ni del bolsillo del presidente.
En realidad, es una actitud vergonzosa y vergonzante, impropia de un partido que en el municipio, y por decisión de su gente, goza de un apoyo ciudadano mayúsculo. Un municipio que, además, cuenta con una situación económica excelente heredada de la gestión del anterior equipo de gobierno. Ese boyante legado financiero nunca será reconocido por el Partido Popular aunque sí fue utilizado para, nada más llegar la Alcaldía, duplicar el gasto en los sueldos a percibir por los miembros del equipo de gobierno.
Un ayuntamiento está para defender a sus vecinos, no para agasajar a instituciones que los descuidan o marginan. Ejemplos hay para elegir. Con el fin de velar por los intereses ciudadanos, y si es necesario, hay que plantar cara a los dirigentes provinciales, aunque sean de tu partido, en lugar de arrodillarse esperando su bendición. Quizás sea mucho pedir. Como dicen los castizos, “esto es lo que hay y de donde no hay no se puede sacar”.