Ramírez reclama al PP que constituya una Mesa de Negociación de Funcionarios y otra de Personal Laboral, como otros ayuntamientos, para respetar sus derechos
La concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Almería, Amparo Ramírez, ha considerado una evidencia clara “del ordeno y mando en el que están instalados el alcalde y el PP para gobernar” que nieguen la voz al 15% de funcionarios municipales, en los cuerpos de Policía Local y Bomberos, a la hora de negociar el nuevo convenio para los trabajadores municipales.
Eso es lo que está sucediendo, ha detallado, con la expulsión del sindicato UPBLA de la Mesa General de Negociación por motivos “de incomodidad para el alcalde y sus concejales con las actuales mayorías sindicales dentro del Ayuntamiento, por determinadas posiciones reivindicativas en defensa de la mejora de las condiciones laborales de los empleados, y que están pretendiendo ocultar parapetándose en una cuestión de legalidad”. “Y no se trata de una cuestión de legalidad, sino de que este alcalde ni quiere ni sabe negociar, porque la solución para que UPBLA vuelva a tener voz es tan sencilla como constituir dos mesas de negociación: una de funcionarios y otra de personal laboral”, ha destacado Ramírez.
En ese sentido, la edil socialista ha explicado “que eso es lo que ya hacen ayuntamientos de otras provincias andaluzas como Granada, Málaga, Sevilla o Córdoba” para, de esa manera, “cumplir con el derecho que tienen los trabajadores municipales, recogido en el Estatuto del Empleado Público, de representación y participación en la determinación de sus condiciones de trabajo”.
“Esa es la solución, y bien simple, si el gobierno municipal parte de la premisa de que UPBLA no puede seguir participando en la Mesa General de Negociación, algo que ha permitido hasta que ha tocado negociar el nuevo convenio, porque solo representa a personal funcionario y no laboral”, ha remarcado la concejala. Cuando, ha enfatizado, “es que resulta que el personal funcionario supone el 94% de la plantilla municipal frente al 6% que es la laboral”.
Así las cosas, ha concluido Ramírez, “lo que nunca debería hacer un alcalde es dar la espalda a quienes tendría que servir y especializarse en crear conflictos por la imposición de su criterio y por su incapacidad de dialogar, como está ocurriendo con estos representantes de policías locales y bomberos, pero también con los feriantes, con los vendedores de los mercados de abastos o con tantos almerienses a los que ignora en su defensa de una Plaza Vieja con El Pingurucho y los árboles actuales”.