Juan Carlos Pérez Navas
Durante estos meses de pandemia, los españoles hemos estado aterrados por los efectos sanitarios del covid-19, a la vez que preocupados al comprobar los efectos sociales y económicos que iba dejando en nuestra sociedad esta pandemia, con cifras de paro y de destrucción del tejido empresarial tan alarmantes como las de la última crisis económica del 2010, aunque ahora concentradas en apenas seis meses.
Ante esta realidad, todos mirábamos a Europa como la única que, al menos en el aspecto económico, podía salvar no sólo a España como país muy azotado por la pandemia, sino a todo el Viejo Continente, enfrentándonos a un reto histórico que podía hacer saltar en pedazos todo lo construido como Unión Europea si esta no estaba a la altura y no era capaz de salir a liderar la solución para todas las economías, como afortunadamente ha terminado ocurriendo.
En este histórico acuerdo, alcanzado por los líderes europeos para revitalizar las economías del bloque de países comunitarios, Pedro Sánchez ha jugado un papel fundamental desde el primer momento, cuando empezó a liderar una postura para que hubiera una respuesta firme desde Europa de cara a reforzar la solidaridad y la cohesión, con el aumento de sus propios recursos.
El presidente español desplegó en todo momento una acción negociadora, de diálogo y propuestas, para sacar adelante unos fondos de recuperación que al final se han conseguido. Este acuerdo histórico pasará a recordarse como uno de los capítulos más cruciales de la Unión Europea, ya que todos los países, y especialmente España, han salido ganando junto a sus ciudadanos.
Las cifras las conocemos ya prácticamente todos. España será el segundo país más beneficiado de este acuerdo, con una asignación total para el periodo 2020-2026 de 140.000 millones de euros –lo que supone el 11,2% de nuestro PIB–, de los cuales 72.750 millones serán ayudas directas. Estamos ante una cantidad extraordinaria, vinculada además a los retos que Pedro Sánchez contempló en todo momento: la lucha contra el cambio climático, la transición digital y otros programas para la cohesión económica y la recuperación económica, con creación de empleo y planes de inversión que todas las regiones y todas la provincias podremos empezar a aplicar en tan sólo unos meses. Cabe recordar que se trata de fondos muy superiores a los de cohesión, que tantas infraestructuras han dejado en nuestras ciudades y pueblos en estos años.
Este Gobierno y su presidente han sido capaces de conseguir este acuerdo pese a las traiciones y zancadillas que el PP y su líder han puesto en todo momento. Más que español, Pablo Casado llegó a parecer holandés, con su empeño en imponer exigencias y condiciones muy duras a nuestro país, por no hablar de las innumerables dudas que intentó sembrar sobre España en Europa, sin éxito… todo ello para, al final, subirse al carro, ante la evidencia de su fracaso.
Nunca se entenderá que un momento tan crítico para nuestro país como el que hemos vivido, el Partido Popular haya jugado a vetar y a romper, para que a sus ciudadanos les fuera mal, intentando debilitar a su Gobierno frente al resto de países, una actitud que viene a cerrar el capítulo que ha protagonizado el señor Casado en los últimos meses, en los que ha dirigido la peor oposición que puede tener un país mientras atraviesa una crisis sanitaria y social.
Pese a todo, insisto, afortunadamente este Gobierno ha logrado firmar un acuerdo histórico, que cumple e incluso supera las expectativas que tenían sus ciudadanos, quienes han podido comprobar la responsabilidad y la altura de su presidente.