Con cerca de un millón de parados Moreno Bonilla deja sin gastar 900 millones de euros para planes de formación
Andalucía afronta la cuarta ola de pandemia sin medidas, por parte de la Junta, para minimizarla y en un contexto de desempleo con cerca de un millón de personas en paro para quienes tampoco se aporta luz de esperanza desde el Ejecutivo de las derechas. Esta situación que lleva siendo desesperante desde hace meses, no tiene visos de cambiar por la inacción del Gobierno de Moreno Bonilla. Nuestro presidente nos volvía a sonrojar esta semana cuando, en su permanente estrategia de autoalabanza desmesurada, se jactaba de su despilfarro económico y su falta de moralidad con una encuesta fabricada a medida sobre las preferencias de los andaluces y andaluzas; precisamente, en este momento de sufrimiento y de falta de perspectivas de empleo para todos los colectivos.
Que el empleo nunca ha sido una prioridad de Moreno Bonilla ya se comprobó en su discurso de investidura cuando se olvidó de citar su promesa electoral -y engaño masivo- de crear 600.000 empleos en esta legislatura. Con el paso del calvario de su mandato en estos dos años lo comprobamos con la falta de ejecución de los fondos para el empleo. Han sido 533 millones de euros en 2019 y otros 218 millones de euros en 2020 que Moreno Bonilla no ha empleado para su fin, que es para la formación y fomento del empleo a quienes más lo necesitan. Él está a otras cosas. Está en confrontar y en huir hacia adelante dejando atrás los problemas de la gente. Urge que dé explicaciones sobre este grave hecho pero, sobre todo, es inaplazable que ejecute el presupuesto para formación por el que claman los ayuntamientos, los sindicatos y las personas desempleadas ante la parsimonia de un Gobierno andaluz que no gasta 900 millones de euros en generar proyectos de vida y salvar la economía de miles de familias. Además, con su voluntaria inacción, Moreno Bonilla deja marginados a los ayuntamientos que siempre han contado en todos los años de gobiernos socialistas con planes de empleo extraordinarios que revitalizaban sus pueblos y sus economías.
Moreno Bonilla no explicará nada porque sería reconocer algo de lo que ya nos hemos dado cuenta el resto, su incapacidad para gestionar lo público. Seguirá con lo suyo, mirándose al espejo mientras la ciudadanía pierde su empleo y oportunidades de formación sin contar el deterioro social, sanitario y educativo en el que nos han metido el PP, Ciudadanos y sus socios de la ultraderecha.