Quedan 7 días para que arranque una nueva legislatura en Andalucía tras las Elecciones Autonómicas del 19J lo que debiera ser una oportunidad para sentar las bases de nuevos proyectos, necesidades y propuestas de futuro, pero la realidad es que nuestra comunidad tiene pendientes desde hace meses e, incluso, años decisiones que el Gobierno andaluz de Moreno Bonilla ni ha tomado ni ha planificado por lo que los problemas se acumulan debido a su inacción.
El empleo es uno de ellos. Como hemos podido comprobar hace unos días, Andalucía es la única región en la que se destruye empleo. La sanidad no es una cuestión menor. El sistema público está en su situación crítica y, más ahora, en verano, con los cierres de centros de salud y con falta de profesionales pese a que hace unos meses despidieron a un buen número de sanitarios.
Moreno Bonilla y su equipo llevan muchos meses sin trabajar y sin tomar decisiones sobre asuntos de máximo interés y prueba de ello es, además de lo mencionado, la organización del nuevo curso escolar –con las ratios desbocadas-, la atención a la dependencia –con las listas de espera desorbitadas-, la falta de apoyo a las residencias de mayores y la dignificación de sus profesionales, la inexistencia de políticas de empleo y formación o la inexistencia de políticas para abaratar el acceso a una vivienda de alquiler para jóvenes.
El reelegido presidente andaluz debe arrancar la legislatura con propuestas anticrisis que complementen a las que ya ha puesto en marcha el Gobierno de España. Sin embargo, Andalucía es, por culpa del PP de Moreno Bonilla, la única comunidad que mira para otro lado y que no tiene planes propios de apoyo a las medidas del Gobierno central. Urge fortalecer las políticas sociales y mejorar los servicios públicos que se han convertido en agujeros negros por la falta de gestión de estos años del Gobierno de las derechas, más centrado en el autobombo que en la vida y problemas de la ciudadanía.
Toca ponerse a trabajar. Urgen acciones como un Plan andaluz de ayudas ante la inflación o volver a mirar a los ayuntamientos a la cara y trabajar desde el municipalismo, la administración más cercana a la gente y que, por lo tanto, resuelve desde la cercanía en muchos casos las carencias del Gobierno de Moreno Bonilla que dejó de trabajar hace mucho para centrarse sólo en sí mismo.