España es un país con un potencial enorme para convertirse en una potencia exportadora de energía verde. En este sentido, los pasos que está dando el Gobierno de España ponen de manifiesto que la transformación de nuestro modelo energético no solo está en marcha, sino que es imparable.
Actuaciones como la ejecución de la primera fase de la línea eléctrica Caparacena-Baza-La Ribina suponen un claro ejemplo de esta apuesta del Gobierno de Pedro Sánchez, que se encargó de incorporarla como actuación prioritaria en la planificación energética nacional, después de que el anterior gobierno del PP la dejara fuera. Esta infraestructura persigue dotar a distintas comarcas de Granada, Jaén y Almería de estabilidad en el suministro eléctrico y permitir la evacuación de energías renovables, lo que facilitará el crecimiento económico y la generación de empleo.
Sacar esta infraestructura de la planificación energética nacional no fue la única decisión errada del PP en su última etapa de gobierno. El Ejecutivo de Rajoy, corto de miras y probablemente muy influenciado por los intereses de las grandes eléctricas, también se cargó la planificación que se había realizado en tiempos de Zapatero para el despegue de las energías renovables, algo que nos ha hecho perder mucho tiempo y mucho dinero.
La derecha parece ser especialista en recetas equivocadas. Esta misma semana, asistíamos a la caída de la primera ministra británica, convertida en un peligro para la economía de su país gracias a las recetas ultraliberales que pretendía aplicar y que han sido jaleadas en nuestro país por destacados miembros del Partido Popular.
Afortunadamente, cada desmán del PP ha sido corregido por los distintos gobiernos socialistas que ha tenido nuestro país y que han buscado siempre asentar nuestra economía sobre bases sólidas, velando al mismo tiempo por el bienestar social.
En el campo de la energía, esto se sustancia en una apuesta por la transición verde y la autosuficiencia energética, que nos ponga a salvo de crisis como la que está generando actualmente la guerra de Ucrania. Además, el Gobierno también está actuando con agilidad para afrontar esta situación en particular, con medidas como la excepción ibérica, la rebaja del IVA de la luz y el gas, el refuerzo del Bono Social Eléctrico y el Bono Social Térmico para los consumidores vulnerables, así como la ampliación del número de ciudadanos que se beneficiarán de bonificaciones en la factura eléctrica, que alcanzarán al 40% de la población.
Proteger a la mayoría social y avanzar de manera decidida en el proceso de cambio de modelo energético es el camino que ha escogido España y que está siendo un referente para toda Europa.