La sanidad pública de nuestra provincia pasa por un momento crítico. Y no es solo una opinión, solo basta con ver cómo cunde el desaliento entre los profesionales y los pacientes, que no entienden que el Gobierno de Moreno Bonilla no destine los recursos necesarios que se precisan para ofrecer una asistencia sanitaria de calidad, tal y como se merecen los andaluces y andaluzas.
En las circunstancias actuales, esto no se cumple ni de de lejos. Es imposible conseguir una cita para una prueba diagnóstica tan simple como una ecografía, cada día hay más dificultades para lograrla en un tiempo razonable en Atención Primaria, especialmente en Pediatría, y no digamos ya para una especialidad hospitalaria, donde los días se cuentan por meses.
Todos los indicadores nos llevan a la conclusión de que muy probablemente el Servicio Andaluz de Salud haya colapsado como consecuencia de la gestión absolutamente negligente que está llevando a cabo el gobierno andaluz del Partido Popular.
Lejos de mejorar la situación, gracias a que el Gobierno de Pedro Sánchez ha destinado a Andalucía más dinero que nunca – un 40% más de lo que transfirieron los gobiernos de Rajoy-, todo ha empeorado en muy poco tiempo. Y hay muchos ejemplos de ello.
Con muy pocas semanas de diferencia, han fallecido dos personas en Almería en plena calle esperando una ambulancia, algo que resulta intolerable, pero que la consejera de Salud, Catalina García, ha despachado en el Parlamento con un es “imposible” que el Servicio Andaluz de Salud tenga “una ambulancia detrás de cada urgencia”. De esta manera, ha evitado entrar en el fondo de la cuestión, que no era otro que el tiempo que tardaron en llegar las ambulancias, ante la desesperación de vecinos y familiares, y la cercanía en ambos casos de sendos centros sanitarios.
¿Qué ocurrió entonces? Pues no lo ha explicado la señora García en la Cámara andaluza, aunque sí tendrá que hacerlo en la Fiscalía, que es donde ha dirigido la asociación El Defensor del Paciente una denuncia para que se investigue si se pudiera haber incurrido en un presunto delito de omisión del deber de socorro.
Mucho nos tememos que lo que ha salido a la luz hasta ahora sobre la situación del Servicio Andaluz de Salud solo sea la punta del iceberg de lo que realmente está ocurriendo, que es muy grave. Por eso, resulta sorprendente que el Gobierno andaluz nos culpe de estar asustando a la gente, cuando en verdad es la ciudadanía la que tiene el miedo metido en el cuerpo por lo que viven y sufren a diario con el deficiente servicio que se presta en la sanidad pública. Ya me dirán si no a qué se debe el notable incremento que se ha producido en la contratación de seguros privados.