El PSOE ya ha conseguido dos resoluciones favorables sobre este programa una por los insultos que se vierten y otra sobre la definición de violencia de género
El Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Almería quiere hacer pública la decisión del Consejo Audiovisual de Andalucía de admitir a trámite la tercera queja que ha presentado contra ‘La Tertulia’ de la televisión municipal ‘Interalmería TV’, dirigido por Antonio Felipe Rubio, en este caso, por el carácter tendencioso, sectario e imparcial de dicho programa.
La decisión ha sido adoptada en la sesión del Consejo celebrado el 26 de octubre y en la misma se indica que ha «iniciado los trámites y estudios que tienen previstos en sus procedimientos de actuación para la resolución de las quejas presentadas por los ciudadanos, cuya decisión hará pública en un plazo que no excederá de los tres meses».
En la queja registrada por los concejales del PSOE el pasado 4 de octubre se indicaba que, de forma reiterada, cada programa comienza con un editorial del propio presentador en el que vierte sus opiniones sobre asuntos políticos de actualidad, donde, de forma constante, denosta e insulta al Gobierno de España y a distintos líderes socialistas, al tiempo que ensalza la figura de mandatarios del Partido Popular.
Igualmente, se apuntaba que a lo largo del programa, sus intervenciones suelen ser tendenciosas y que la manera de introducir los temas condiciona las opiniones de los propios contertulios, lo que atenta contra los principios de imparcialidad y ecuanimidad que se presuponen a la figura del moderador de un programa en una televisión pública municipal, pagada con el dinero de todos los almerienses.
Desde el PSOE consideramos que este tipo de comportamientos no pueden ser aceptados dentro de un medio de comunicación público, ni deben ser normalizados en nuestra sociedad, pues, si bien es cierto que nuestro Estado de Derecho ampara la libertad de expresión, también lo es que existen unos criterios de profesionalidad en el ejercicio de la labor periodística que deberían impedir a un moderador extralimitar sus funciones y expresar sus opiniones, como si de un contertulio más se tratara, induciendo a error a los telespectadores entre lo que debe ser considerado información y opinión.