La lucha contra la violencia de género es un deber democrático y una política de Estado y hoy es un hecho que la amenaza de los que niegan la violencia de género y pretenden el retroceso en los derechos de las mujeres está creciendo en todo el mundo, también en España. Escuchamos el grito de quienes han llegado para romper los consensos y limitar los derechos de la ciudadanía ensañándose de forma intensa contra las mujeres, pero nuestra voz, la de los demócratas, es más fuerte. No les vamos a permitir que avancen y la ciudadanía les puso freno el 23J y, por eso, ha comenzado a andar, de nuevo, un Gobierno progresista que sitúa a las mujeres en el centro de sus políticas y acciones y que cuenta con una marcada agenda feminista a la que se refirió Pedro Sánchez en los diez primeros minutos de su investidura como presidente.
Los mayores avances en materia de igualdad y de lucha contra la violencia de género han llegado con gobiernos socialistas y así seguirá siendo. Para nosotros y nosotras, el 25N no es una pancarta, una foto o un gesto; es la materialización de un año de trabajo por la defensa de los derechos de las mujeres y por la igualdad real. Lamentablemente, no todos pueden decir lo mismo. El Gobierno de Juanma Moreno ha dejado sin invertir este año nada menos que 21 millones de euros para la lucha contra la violencia de género, el 64% del presupuesto total. Sin embargo, el dinero destinado a publicidad y marketing se lo han pulido al completo. El PP andaluz no solo es incapaz de invertir lo que tiene, también lo que le dan. Así, ha dejado a las mujeres sin los centros de atención integral 24 horas por violencia sexual para lo que el Ejecutivo progresista ha transferido cerca de 10 millones de euros. El Ayuntamiento de Almería ha pedido una prórroga porque se ve que no ha tenido tiempo para lo importante, para las mujeres, pero para acudir a manifestaciones de su partido, todo el del mundo. Y mientras, el Ayuntamiento de Roquetas de Mar, el segundo en población y también del PP, no ha solicitado todavía su inclusión en el programa nacional Viogén de protección a las mujeres víctimas. Esto tampoco interesa a Amat.
Cuando se es demócrata, se está contra la violencia, no se buscan excusas para ralentizar las políticas o, en el peor de los casos, para negar su existencia que es lo que está haciendo la extrema derecha, socio de gobierno del PP en cerca de 150 ayuntamientos del país.