El Gobierno de Pedro Sánchez está centrado en trabajar para impulsar la economía, en aprobar medidas que beneficien al conjunto de la ciudadanía y en mejorar la convivencia. De esta manera es lógico que cada mes nos encontremos con datos halagüeños sobre empleo y el último mes no ha sido una excepción. Pese a que febrero es un mes en el que tradicionalmente sube ligeramente el paro debido al cierre de la campaña navideña, este año no ha sido así. En Almería, el paro ha descendido en más de 500 personas y en el conjunto del Estado, se trata del mejor mes de los últimos 16 años, con más empleo femenino, un aumento de la ocupación joven y más de 20,7 millones de afiliados a la Seguridad Social.
En España, gracias al Ejecutivo progresista, existe una sana relación entre el Gobierno, las y los trabajadores y el tejido productivo, pero el crecimiento económico y del empleo no resultan del azar, sino que detrás hay mucho trabajo y mucho esfuerzo de un Gobierno que persigue que todo el mundo avance al unísono sin dejar a nadie atrás.
Con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) más elevado de la historia de nuestro país y con más derechos laborales conquistados gracias a la reforma laboral, el empleo aumenta. Sube y mejora su calidad, porque de los 1,14 millones de contratos firmados en febrero, más de medio millón son de carácter indefinido; algo que aporta seguridad a las y los trabajadores y a sus familias.
Estas son las recetas del Gobierno de Pedro Sánchez para contribuir a la prosperidad de un país y de quienes lo habitan; y no podemos perder de vista que aún colean los efectos de la crisis del coronavirus y que estamos en una situación de crisis globalizada por la invasión de Ucrania. Al contrario, están –como ya sufrimos- las políticas del PP; un partido que en lo peor de la anterior crisis recortaron en servicios básicos y perpetraron una reforma laboral que sólo venía a hundir a las clases media y trabajadora. No gestionan bien, pero tampoco permiten que otros lo hagan aun viendo que sus recetas sí funcionan, como son las del PSOE. A todas las iniciativas del Gobierno de Pedro Sánchez para mejorar el empleo y la economía se han opuesto. El PP se negó a subir el SMI, las pensiones y tampoco quiso la reforma laboral que blinda el trabajo en España. Pese a sus negativas y zancadillas, este país funciona y lo hace muy bien.