José Luis Caparros, coordinador del área de Desarrollo Económico, Infraestructuras, Cambio Climático y Medio Ambiente del PSOE de Almería
En los últimos días, hemos sido testigos de cómo el Partido Popular ha votado en contra de la reciente Ley de Restauración de la Naturaleza, aprobada por el Parlamento Europeo. Líderes como la consejera almeriense Carmen Crespo y el eurodiputado andaluz Juan Ignacio Zoido han tildado esta normativa de «perjudicial» para los agricultores.
Resulta alarmante ver cómo, una vez más, el Partido Popular se alía con la extrema derecha, ignorando el abrumador consenso científico que ha obtenido esta norma.
En nuestra provincia sabemos muy bien que es un error intentar enfrentar a la agricultura con el medio ambiente. De hecho, nuestros agricultores son cada vez más conscientes de que la naturaleza no es su enemiga, sino su mejor aliada para hacer frente a los desafíos a los que se enfrenta el sector.
Actualmente, gracias a que la agricultura biológica y ecológica ocupa el 79% de la superficie de los invernaderos almerienses, hemos logrado posicionarnos como líderes en mercados internacionales donde cada vez son mayores las exigencias en materia de sostenibilidad.
Esta Ley, que no se financiará con fondos de la PAC, lejos de promover el abandono de tierras cultivadas, plantea actuaciones que evitan la erosión, retienen el agua, favorecen la polinización, la protección de cultivos frente a plagas o el reciclado de nutrientes; actuaciones cruciales para mantener o incluso aumentar la productividad agrícola.
Además, esta norma no solo atañe a la agricultura. Entre otras medidas, contempla plantar 3.000 millones de árboles, ampliar los espacios verdes en las ciudades, restaurar bosques o convertir zonas industriales abandonadas y canteras en espacios naturales.
Sin lugar a duda, el Cambio Climático es el desafío más grande al que se enfrenta la sociedad y la agricultura almeriense. Por todo ello, es hora de dejar atrás los intereses políticos a corto plazo y consensuar una estrategia que garantice la supervivencia de nuestro modelo económico y a la vez preserve el medio ambiente.
La «revolución verde» que promete el gobierno andaluz no va a lograrse abrazando el discurso negacionista de la extrema derecha por puro oportunismo de cara a las próximas elecciones europeas.