Las personas mayores reclamaban esta semana a la administración autonómica una mayor preocupación y agilidad para tramitar la Ley de Dependencia, más plazas en residencias públicas y se mostraban en contra de lo que consideran un desmantelamiento de los centros de participación activa. Sienten, como expresaban, desamparo por parte de la Junta de Andalucía que gobierna el PP porque sufren un maltrato constante. Mientras eso sucede, el Gobierno de España ha abanderado un nuevo hito del diálogo social tras llegar a un acuerdo con patronal y sindicatos sobre las jubilaciones; una cuestión sobre la que es más que evidente el compromiso de Pedro Sánchez. El acuerdo, firmado hace unos días, consolida los asuntos que se venían trabajando los últimos meses y que tienen que ver con materias tan importantes como un nuevo marco de jubilación parcial y de jubilación activa o el desarrollo de lo pactado en la negociación colectiva en relación con la implicación de las Mutuas colaboradoras en la Incapacidad Temporal (IT); o el procedimiento para establecer coeficientes reductores de la edad de jubilación para ocupaciones especialmente penosas o peligrosas. El documento es de máxima relevancia para los pensionistas de hoy y del futuro y para los desafíos de nuestro mercado de trabajo, ya que acaba con la dicotomía entre trabajador y pensionista y se adapta a las necesidades de cada persona.
Una novedad importante es la mejora del tránsito del trabajo a la jubilación; una medida con la que se busca que los trabajadores y trabajadoras puedan realizar una salida del mercado de trabajo más progresiva y flexible, en línea con los países de nuestro entorno, más adaptada a las condiciones y situaciones de cada persona trabajadora. En cuanto a la jubilación activa, se elimina el requisito de tener una carrera de cotización completa, lo que facilita su acceso y tiene una especial incidencia desde la perspectiva de género. Una vez más, el acuerdo es fruto del consenso entre todas las partes implicadas que han mostrado su capacidad para debatir mejoras en las propuestas que ha realizado el Ejecutivo y, también una vez más, el Gobierno de España ha demostrado que el uso del diálogo, la escucha y el consenso es su forma de proceder y la única fórmula para que las reformas pactadas sean duraderas y tengan un efecto verdaderamente beneficioso y transformador en la sociedad