La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha pedido esta semana a comunidades como la andaluza que abandonen el populismo hídrico por el bien de Andalucía, de sus habitantes y, sobre todo, de los sectores que basan su actividad en el uso sostenible de un recurso natural como es el agua. El cambio climático ha provocado serios efectos sobre los recursos hídricos y lo que se espera de una administración responsable es que palíe esos efectos con medidas efectivas. Eso es lo que está haciendo el Gobierno de España. De hecho, nuestro país cuenta con una planificación hidrológica de tercer ciclo que incorpora escenarios de cambio climático con más de 2.600 medidas y una inversión cercana a 23.000 millones de euros. Y, en cuanto a la disponibilidad de agua potable, el Ejecutivo de Pedro Sánchez se marca como objetivo duplicar los recursos procedentes de la reutilización o desalación. Hay que ponerse a trabajar y, sobre todo, dejar trabajar.