OPINIÓN. Las cuentas, claras
Si algo hay que reconocerle al Partido Popular, es que, durante su última etapa al frente del gobierno de España, sus dirigentes no se anduvieron con paños calientes. Cuando la crisis de 2008 golpeó a la sociedad española y el gobierno de Rajoy optó por desentenderse de su obligación de proteger a la ciudadanía, los representantes del PP expusieron sin rodeos su postura. Aquello de que habíamos vivido “por encima de nuestras posibilidades” fue el aviso y los Presupuestos Generales del Estado de los años posteriores se encargaron de ratificar que, ante las dificultades, aquel gobierno ni estaba ni iba a estar.