La lucha contra la violencia de género es un deber democrático y una política de Estado y hoy es un hecho que la amenaza de los que niegan la violencia de género y pretenden el retroceso en los derechos de las mujeres está creciendo en todo el mundo, también en España. Escuchamos el grito de quienes han llegado para romper los consensos y limitar los derechos de la ciudadanía ensañándose de forma intensa contra las mujeres, pero nuestra voz, la de los demócratas, es más fuerte. No les vamos a permitir que avancen y la ciudadanía les puso freno el 23J y, por eso, ha comenzado a andar, de nuevo, un Gobierno progresista que sitúa a las mujeres en el centro de sus políticas y acciones y que cuenta con una marcada agenda feminista a la que se refirió Pedro Sánchez en los diez primeros minutos de su investidura como presidente.