El líder del PP andaluz, Moreno Bonilla, preside la Junta de Andalucía desde hace ya seis años. Sin embargo, tanto él como su equipo persisten en colocarse la ‘L’ de prácticas, de recién llegados al Gobierno autonómico, pero más de un lustro parece tiempo suficiente para poder realizar un balance de su gestión y, una vez hecho, podemos perfectamente concluir que nos ha estado mintiendo durante todo este tiempo. Su acción política es un derroche de propaganda y marketing sin parangón y su mayoría absoluta va asociada a un control, también absoluto, de lo que se dice de él y de su ejecutivo de cara a la opinión pública. Pese a todo, desde la oposición seguimos contando las verdades y es que Moreno Bonilla ha desmantelado los servicios públicos. Desde que llegó a San Telmo se ha empeñado en hacerlos funcionar de la peor manera posible. Así, tenemos unas listas de espera sanitarias disparadas, los mayores tiempos de espera para ser operados; centros de salud sin pediatra; servicios de dependencia colapsados; miles de aulas públicas cerradas y ratios sobrepasadas; centros de valoración desbordados; infrafinanciación de las universidades, carencia de vivienda pública a precio asequible y un largo etcétera.