El escándalo de la contratación del exviceconsejero de Salud del Gobierno de Moreno Bonilla por una empresa sanitaria a la que benefició con hasta 44 millones en ayudas, en un claro e indecente ejercicio de puerta giratoria, corrobora la obscena estructura de intereses que ha ido tejiendo el Partido Popular en Andalucía con la sanidad. Este es el último capítulo por ahora, pero lo ocurrido en episodios anteriores tampoco desmerece al resto de la trama.
Que el PP vea en la sanidad privada un negocio ya no sorprende a nadie, lo que sí desconcierta es que lo haga a cara descubierta y quiera darle consideración de normalidad a lo que no lo es. El Ejecutivo de Moreno Bonilla atesora en estos cinco años de gobierno una amplia experiencia en estos lances, no solo en los abultados contratos sanitarios que ha adjudicado a la privada, sino también en la nefasta gestión que realiza de la pública. Ahí están las cifras y el descontento generalizado de pacientes y profesionales.
Entre 2021 y 2023 el Gobierno andaluz adjudicó a dedo 243 millones de euros a la sanidad privada mediante procedimientos al margen de la legalidad, mientras que las listas de espera no dejaron de crecer en nuestra comunidad, por lo que poco o nada arreglaron esos conciertos. De hecho, en Almería son más de 100.000 las personas que están pendientes de una cita con el especialista, una prueba diagnóstica o una intervención quirúrgica.
Sin embargo, la ‘receta’ del Partido Popular para reducir estas listas de la vergüenza es volver a hacer lo que no ha dado resultado: incrementar este año la cuenta de resultados de las clínicas privadas de la provincia con 17 millones de euros para intervenir a unos 6.000 pacientes, pero ¿qué pasa con los 94.000 restantes que están en lista de espera?
Con todo, lo más lamentable de esto es que no se conoce ningún plan del Gobierno andaluz para mejorar la sanidad pública y las condiciones laborales de los profesionales sanitarios. Ninguno, ni bueno ni malo. Sin estabilidad y sin salarios dignos, estos profesionales cualificados terminan huyendo de Andalucía y son contratados en otras comunidades o por la privada.
Nunca antes habíamos visto estas abultadas listas de espera que sufrimos o las largas colas de personas enfermas en los centros de salud para conseguir una cita a las seis de la mañana, lo que nos indica que el desmantelamiento del sistema sanitario público en Andalucía ya es un hecho; tanto como para que volvamos a salir a la calle este fin de semana en toda Andalucía a reclamar un derecho que el Partido Popular nos está arrebatando de manera indecente.