El domingo 26 de junio de 2016 se celebraron elecciones generales en España. Unas semanas antes, el 26 de mayo, el que entonces era el alcalde de Almería y hoy portavoz del Gobierno de Moreno Bonilla, el señor Fernández Pacheco, se fotografiaba en la vieja estación de tren de la capital junto a los andamios que se montaron para simular que comenzaban ya las obras de rehabilitación de la estación prometidas por el Gobierno de Rajoy durante muchos años.
Sin embargo, varias semanas después de aquella fotografía todo el mundo se preguntaba dónde estaban los operarios que supuestamente iban a realizar los trabajos previstos, puesto que no se veían por ningún sitio. Y no, aquello tampoco eran las obras de rehabilitación, sino tan solo unos trabajos de ‘análisis para el aseguramiento de elementos constructivos’. Dicho de otro modo, una performance electoral del PP.
Aquel contrato se adjudicó por 8.004 euros y la impresión que tuvimos entonces es que costó más poner los andamios que lo que se iba a hacer. Efectivamente, poco después se supo que las obras consistieron en la sustitución de un cristal roto y en darle una mano de pintura a la puerta principal. Solo unos meses antes de que Rajoy fuese desalojado del Gobierno por la sentencia de la Gürtel, en los primeros meses de 2018, se anunciaron las obras de rehabilitación propiamente dichas. En efecto, el Partido Popular estuvo siete largos años dándole vueltas a la estación y también mareando a los almerienses a base de bulos con unas obras del AVE que nunca ejecutaron.
La tomadura de pelo a los almerienses ha sido la constante en el Partido Popular. Y esto, a la vista del relato, no es una opinión, sino hechos consumados que certifican que la provincia no ha podido levantar nunca la cabeza con la derecha. Pasó cuando gobernó España, de la misma manera que también pasa ahora desde la Junta de Andalucía- con algo tan esencial como la sanidad pública o la educación- o a través del Ayuntamiento de Almería -donde si ponemos ejemplos, no terminamos-.
Todo hace indicar que si la alcaldesa quiere abrir otra vía de confrontación a cuenta de la estación es para que se deje de hablar de otras cosas, como por ejemplo de los graves problemas que padece lo que hoy es una ciudad absolutamente abandonada. También porque no tiene manera de tapar que las obras del soterramiento que ejecuta el Gobierno de Pedro Sánchez avanzan a velocidad de crucero y que su culminación será el mayor avance que haya experimentado Almería en siglos. Sí, gracias al PSOE. Esto es así.