El resultado electoral del pasado domingo en el País Vasco ha vuelto a poner en evidencia el agotamiento político del proyecto del PP de Alberto Núñez Feijóo, ya que un partido que es irrelevante en territorios tan importantes para España como son Euskadi o Cataluña no está preparado para gobernar el país.
El PP se frotaba las manos pensando en una hipotética caída del PSE en estas elecciones confiando en que, posteriormente, sucediera lo mismo en Cataluña y, después, en las europeas de junio. Y todo ello con el objetivo de debilitar al Gobierno de Pedro Sánchez, que es el principal y único blanco de Feijóo. Sin embargo, lejos de ese deseo está la realidad, lo que la ciudadanía quiere y que expresa en las urnas. El PSE ha obtenido los mejores resultados desde 2012, con dos diputados más y, por lo tanto, las y los socialistas de Euskadi entrarán en el Gobierno vasco con mayor peso. Con estos resultados, el PSE seguirá mejorando la calidad de vida de los ciudadanos de Euskadi, con más y mejor empleo, apostando por el refuerzo del Estado del bienestar y sus servicios públicos, como la sanidad y los transportes. El voto al PSE es el voto útil y se ha demostrado que es el voto imprescindible.
Al contrario, el PP no tiene nada que decir en el País Vasco. Su líder anunció un cambio político antes del pasado 23 de julio que no llegó a producirse. Lo repitió tras las elecciones gallegas, pero la gaviota popular ha vuelto a volar demasiado bajo. Desde Génova se llegó a decir que alcanzarían los 10 diputados en estos comicios. Pues bien, han vuelto a demostrar que la demoscopia no es lo suyo, porque el PP se va de estas elecciones con un resultado de un dígito en porcentaje de apoyo. Es una situación que también tienen en Navarra y en Cataluña, algo que no nos ocurre a las y los socialistas en ningún territorio.
Los resultados en Euskadi robustecen, más aún, al Gobierno de España que seguirá contando con acuerdos parlamentarios para continuar con su hoja de ruta de políticas que benefician a la mayoría social de este país frente al retraso que representan la derecha y la extrema derecha, un tándem que cada vez cuenta con un mayor rechazo nacional. El PP que dice que viene a vertebrar España es residual en muchos de sus territorios. La ciudadanía vasca les ha vuelto a dar la espalda, demostrando que el motor de Feijóo está gripado.