El Gobierno progresista que preside Pedro Sánchez inicia un nuevo curso político con una cartera repleta de iniciativas que vienen a consolidar y reforzar el Estado del bienestar, a mejorar la situación laboral de la población trabajadora, de nuestros mayores y de la juventud, que necesita de una vivienda digna y asequible, además de un empleo de calidad y bien remunerado para poder realizar su proyecto de vida. Desde el PSOE vamos a seguir aumentando la inversión en educación, sanidad y cuidados públicos, y vamos a seguir defendiendo las cuotas de paridad y la lucha contra la violencia de género, tal y como llevamos haciendo estos últimos seis años desde el Gobierno de España.
Otro de los objetivos del Ejecutivo será afianzar el crecimiento económico y la creación de empleo, porque este es el gobierno de las y los trabajadores y de las empresas, que desde hacía 15 años no registraban unos beneficios como los que hoy tienen. Y es que, se mire donde se mire, los datos y las previsiones económicas y sociales de España invitan a la confianza y el optimismo. El buen auge de la economía se ha de notar, igualmente, en la calidad de los servicios públicos pero, para que esto sea así, hay que creérselo. Desgraciadamente, es la ideología lo que lleva a algunos gobiernos autonómicos a privatizar derechos como la educación, la sanidad y la dependencia, en lugar de blindarlos y más en un momento en el que cuentan con más recursos que nunca. Esto lo sabemos muy bien en Andalucía donde, de la mano de Moreno Bonilla, estamos sufriendo las consecuencias de una pésima gestión en materia sanitaria, social y educativa en un inicio de curso marcado por la falta de plazas sin cubrir tanto en Primaria como en Secundaria o por el aumento del número de aulas prefabricadas. La Junta del PP ha conseguido elevar a nuestra comunidad a número uno en la lista de regiones en las que más han de aguardar las familias beneficiarias de la Ley de Dependencia. En Almería, en el último año, más de 900 personas fallecieron sin haber recibido la ayuda a la que tienen derecho. Pese a sus maniobras de confrontación, tenemos una sociedad y un gobierno optimistas frente a la desesperación de una oposición destructiva que tendrá que resignarse a seguir estando ahí, en la oposición porque, como ha dicho esta semana nuestro presidente, aquí hay legislatura para rato