El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Almería ha soplado la vela de su primer cumpleaños y espero que haya pedido como deseo que las cosas le vayan mejor de lo que hasta ahora pero, claro, para ello hay que ponerse a trabajar y a gestionar como es debido. No se me ocurre nada por lo que pueda presumir María del Mar Vázquez en su primer año al frente de la corporación municipal. Sin embargo, sí acumula una larga lista de despropósitos. El último: la duda sobre si su decisión de mantener los conciertos en La Hoya, junto a la Estación Experimental de Zonas Áridas, pese a las advertencias de los profesionales del CSIC, hubiera provocado la muerte de cinco de los ejemplares de una especie amenazada.
No es una cuestión menor. Como tampoco lo es el vergonzoso cartel de la supuesta campaña contra la violencia de género que fue trending topic o la brutal subida del recibo del IBI y la que está por llegar por el consumo de agua desalada. La alcaldesa está asistiendo impasible al deterioro de los servicios sociales, sanitarios y educativos en la capital debido a la calamitosa gestión de Moreno Bonilla en la Junta, y mientras calla ante estos temas trata de iniciar debates estériles contra el Gobierno de España por asuntos que ya están zanjados o que carecen absolutamente de fondo. Sí lo tiene el que cientos de familias carezcan de un colegio o instituto en el que matricular a sus hijos e hijas, que aumenten las listas de espera o que la atención primaria no se preste como es debido, como se hacía antes de la llegada de Moreno Bonilla. Ahí, la alcaldesa, guarda silencio.
Tampoco responde sobre los 200.000 euros que iba a invertir el Gobierno Municipal para mejorar la conectividad de la ciudad, o qué ha sucedido con el Plan de Empleo Municipal. La alcaldesa desoye sistemáticamente el malestar de los profesionales del servicio de bomberos, de la Policía Local o el de la ciudadanía que clama por una mayor limpieza y mantenimiento de los espacios públicos. Ha generado un problema a miles de vecinos de El Toyo con su obcecación con celebrar el festival Dreambeach a escasos metros de sus viviendas en lugar de trasladarlo a un lugar más idóneo, que lo hay. María del Mar Vázquez ha recibido el ‘no’ como respuesta a sus planes urbanísticos en la Plaza Vieja o en el solar de Correos que quería convertir en el Smart Green Cube. Mucho que lamentar. Poco que celebrar.