Por Esperanza Pérez Felices, Portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Níjar y Diputada Provincial
Cuando en una administración se instauran comisiones de impacto de género, auditorías de género o la obligatoriedad de que la Cámara de Cuentas fiscalice que el presupuesto de una comunidad autónoma se ejecute con perspectiva de género, no se hace por ser modernos, pintar decretos de violeta o mostrar al público que se hacen avances en este sentido. No. Estas pequeñas cosas son las que han hecho que poco a poco se consigan los mínimos que en materia de igualdad hemos ido ganando con los años, y el problema no es que estén en peligro, sino que se han eliminado. Ya no se trata de que estas medidas desaparezcan en comunidades o ayuntamientos en los que cogobiernan PP y Vox. Los populares de Feijóo y Moreno Bonilla se han quitado la careta y directamente actúan sin esconderse detrás de la extrema derecha y Andalucía es un claro ejemplo de ello. Cada una de las medidas que antes mencionaba, son beneficios conseguidos en pro de la igualdad que el decretazo de simplificación administrativa de la Junta de Andalucía ha eliminado.
No entiendo cómo pueden ocurrir estas cosas en un gobierno regional donde hay mujeres consejeras. Pero eso es algo que me guardo para otro momento, y allá cada una con su conciencia.
La defensa de la igualdad no es de derechas o de izquierdas, sino de derecho. No podemos seguir consintiendo, ninguna mujer, que bajo una misma constitución se amparen dos realidades bien diferenciadas, la que beneficia a los hombres y la que nos perjudica a nosotras. No podemos consentir que en un país con 24.785.363 mujeres frente a 23.807.546 hombres, tengamos que seguir siendo nosotras las que cada 8 de marzo recordemos que estamos aquí, con los mismos derechos legales, pero no reales. No podemos permitir que mientras el porcentaje de mujeres graduadas en educación superior en 2021 ya era de un 54,2% y el de hombres un 45,8%, se permitan diferencias de género.
La lucha que durante muchos años se ha llevado a cabo en la calle, en las instituciones, con mujeres al frente de organismos de toda índole, ha permitido que la brecha de género en los salarios por hora baje hasta 1,3 en el tramo de los trabajadores de 25 a 34 años. Pero cuidado, que llega hasta el 14,4 en el tramo de 55 a 64 años. Y políticas como las que lleva a cabo la Junta de Andalucía del tipo eliminar las comisiones de impacto de género, auditorías de género o la obligatoriedad de que la Cámara de Cuentas fiscalice que el presupuesto de una comunidad autónoma se ejecute con perspectiva de género, lo que buscan es devolver esa diferencia en la que derechas y extremas derechas se sienten cómodos.
Ya basta. No podemos consentirlo, y no hablo del decretazo de la Junta, sino de todo ese conjunto de actos y hechos que nos están robando nuestro derecho a la igualdad. Nos hemos acomodado al modelo en el que durante años hemos visto cómo poco a poco se iban reconociendo situaciones, eliminando diferencias, rompiendo techos de cristal. Pero parece que no nos damos cuenta de que la polarización política, el enorme despliegue que estos partidos ultras y machistas hacen para generar cortinas de humo, nos llevan sin darnos cuenta a mirar hacia a otro lado mientras nos roban la cartera. Nos centramos en lo urgente, en los grandes titulares mientras desmontan el estado de la igualdad.
No mires a otro lado porque no es solo por ti, sino por todas las que vienen detrás. Yo siempre lo he tenido claro, la fuerza radica en nosotras, en nuestra capacidad de unión. Día a día, en cada lugar.
No mires a otro lado.