El Gobierno de España ha cumplido su compromiso con los agricultores almerienses al fijar, como ya hizo anteriormente, un precio máximo en el agua que se produce en las instalaciones de las desaladoras de Carboneras y del Campo de Dalías. De esta manera, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha garantizado vía Boletín Oficial del Estado la bonificación del agua destinada para el riego hasta 2026, con la posibilidad de renovar la medida durante 10 años. Además, ante la subida de los costes energéticos que se viene registrando para producir agua en estas instalaciones, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ya trabaja en una solución que ataje este problema de manera definitiva, dotando a las desaladoras de plantas solares fotovoltaicas.
A la medida que hemos conocido en estos días, que ha sido aplaudida por los regantes de nuestra provincia, se une el ambicioso plan que ya ha puesto en marcha el Gobierno de España para dotar de más recursos hídricos a la provincia de Almería. La reparación de la desaladora del Bajo Almanzora y la ampliación de las que están en funcionamiento nos van a permitir sumar 40 hectómetros cúbicos de agua más al año, gracias a una inversión de 125 millones de euros.
Frente al compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez con nuestros agricultores nos encontramos con el ninguneo al sector del Ejecutivo de Moreno Bonilla, que podría -si quisiera- bonificarle el agua de las desaladoras no estatales que tenemos en la provincia, algo que le hemos reclamado los socialistas vía enmienda de los presupuestos de la Junta para este año, pero que el Partido Popular ha rechazado.
Tampoco parece tener mucho interés el PP en ponerle fin a los problemas existentes en las redes de distribución del Levante y el Almanzora, por las que cada año se pierden 7 hectómetros cúbicos. Las fugas existentes en esas conducciones que gestiona la empresa pública Galasa, participada mayoritariamente por la Diputación provincial de Almería, están costando a las arcas públicas la friolera de cuatro millones de euros al año.
Con estos mimbres, resulta bochornoso ese ‘almeriensismo’ del que hace gala la derecha que hoy está al frente del Gobierno andaluz que, en lugar de trabajar y ponerse a resolver los problemas de la provincia, se ha especializado en la venta de humo al por mayor y en la propaganda como arma de acatamiento masivo.