Todas las grandes transformaciones que ha vivido la ciudad de Almería en democracia han venido de la mano de los gobiernos socialistas, tanto en el ámbito estatal como en el autonómico, pero también con el impulso que nuestros alcaldes supieron darle a la capital.
La ciudad no sería hoy la misma sin las obras que se realizaron para la ordenación urbana de la Rambla, que materializaron el concurso de ideas impulsado para tal fin por el alcalde Santiago Martínez Cabrejas. Tampoco hoy seríamos lo que somos sin la ley 3/1993, de 1 de julio, que firmó el entonces presidente de la Junta, Manuel Chaves, para la creación de la Universidad de Almería. Estos son solo algunos de los muchos ejemplos que podríamos citar para concluir que la ciudad de Almería ha progresado siempre y únicamente con los gobiernos socialistas.
Con el Partido Popular nunca ha sido así y la hemeroteca está salpicada de todo tipo de declaraciones en este sentido. Solo basta recordar algunos de los pasajes de nuestra historia reciente para darse cuenta del freno de mano que nos ha atenazado en no pocas ocasiones. Los almerienses y las almerienses han tenido que escuchar a dirigentes del PP pedir en sede parlamentaria que se derribe el Cable Inglés, –ahora rehabilitado gracias a la inversión que ha realizado Gobierno de Pedro Sánchez-, o ver a un alcalde popular proclamar que el soterramiento no se haría ni aquí ni en Vladivostok. Pues sí, esto es lo que hemos sufrido, una falta de ambición sin límites en la derecha almeriense.
De nuevo, ha tenido que ser un presidente socialista al frente del Gobierno en España el que vuelva a poner a la ciudad de Almería en el mapa de las inversiones con un proyecto que cambiará por completo la ciudad, el del soterramiento de las vías del tren. Este ambicioso plan, que costará 234 millones de euros, supondrá un antes y un después para la capital almeriense, que añora que esa misma voluntad hubiera acaparado durante estos años atrás buena parte del tiempo que el PP ha dedicado a empequeñecer una ciudad que aspira a ser muy grande, tanto como el corazón y el alma de sus ciudadanos.
Las obras se van a poder realizar gracias a los fondos de Recuperación de la Unión Europea, los mismos que ha venido criticando el PP -en otra de sus antológicas meteduras de pata- y estarán finalizadas en 2026, a punto para la llegada de la alta velocidad a la ciudad.
Para finalizar, les propongo un pequeño juego: piensen en las obras de calado que ha llevado a cabo el Partido Popular en la capital almeriense, miren a un lado y a otro, busquen, escudriñen esos proyectos singulares que nos han hecho progresar. Tómense su tiempo.