Se ha dicho de ellas que son las manos invisibles del campo y cuánta razón encierra esa metáfora. Sin embargo, las trabajadoras del manipulado y envasado de frutas y hortalizas de Almería no son solo una frase que suena tan bien que hasta se podría imprimir en los azucarillos, sino que en ellas y en el resto de trabajadores del campo reside el verdadero potencial que mueve al sector agrícola. Solo basta con darse una vuelta por los almacenes y comprobar cómo se entregan a un trabajo especialmente fatigoso. Detrás de cada pimiento, tomate o calabacín del supermercado, además de la mano de quien lo ha recogido, ha hecho falta la de una mujer –la mayoría de personas que se dedican a esta actividad son mujeres– para envasarlo.
Ellas, por lo tanto, son el auténtico milagro de nuestra provincia por su entrega, esfuerzo y sacrificio. También por su lucha, ya que solo ellas saben lo que les ha costado sacar adelante el convenio colectivo que por fin las ampara ante la patronal. Han sido meses y meses de lucha para alcanzar lo que creían justo, que no es ni más ni menos que lo mismo a lo que aspira cualquier trabajador: un salario y unas condiciones laborales dignas. Además, en su caso, por el hecho de ser mujeres y por la carga que eso hoy todavía conlleva, que se les permita conciliar; es decir, tener una vida más allá del trabajo y poder cuidar a sus hijos e hijas. En fin, lo normal en cualquier actividad, pese a que en este oficio eso haya sido lo extraordinario hasta ahora.
A este colectivo, que suma más de 25.000 mujeres en Almería, se le ha llegado a decir que la subida del Salario Mínimo Interprofesional le afectaría negativamente, a ellas y a los que se agachan para recoger lo que producen los invernaderos. Que esos 1.000 euros en los que el Gobierno de Pedro Sánchez ha fijado el Salario Mínimo eran un disparate. Pues contra eso también han tenido que luchar. Por eso, solo podemos darles nuestra más sincera enhorabuena, ya que han conseguido ganar cada una de las luchas que han emprendido para defender sus derechos y también esta del aumento de sueldo mínimo. Lo triste de todo esto es que lo hayan tenido que hacer solo con el apoyo de los socialistas, ya que tanto Partido Popular como Vox votaron en contra de la subida del Salario Mínimo, como lo hicieron también en contra de la reforma laboral que hoy está permitiendo que la mayoría de los contratos sean indefinidos.
Cuidar al sector del manipulado es cuidar de la economía de Almería, que no se podría mover, no podría crecer, sin todas esas mujeres que cada día entregan lo mejor de sí mismas para contribuir decisivamente a que se obre el milagro almeriense.