La victoria de Emmanuel Macron en la primera vuelta en Francia con estrecho margen de ventaja sobre la ultraderechista Le Pen ha activado todas las alarmas haciendo que todos los partidos animen a la población a establecer un cordón sanitario contra la ultraderecha y a votar al actual presidente de la República y candidato a la reelección.
Este es, sin duda, el peor espejo en el que se puede mirar el PP, una formación que mucho ha querido correr y enmascarar su pacto con Vox en Castilla y León. Mientras esto sucedía, que el PP daba la llave de un gobierno a la extrema derecha, Francia se unía contra Le Pen a quien consideran una amenaza para la democracia.
Si el partido que ahora lidera Núñez Feijóo pensaba que con media España de vacaciones y con las procesiones de Semana Santa de por medio se iba a camuflar este error histórico, las elecciones francesas han venido a poner blanco sobre negro de lo que se debe hacer y lo que la derecha española no va a ser capaz de hacer y, por tanto, no renegará de Vox hasta que naufrague en este viaje al pasado, como va a ocurrir en Castilla y León y cómo puede pasar en Andalucía.
Aquí, con Moreno Bonilla pidiendo tiempo para reflexionar sobre un posible adelanto electoral que tiene ya más que pensado, con su vicepresidente Marín contrariado por la anticipación de los comicios, el PP trata torpemente de articular un relato que justifique lo que han sido meses de cábalas interesadas para buscar el mejor momento que conviene partidistamente al PP para anunciar el adelanto a junio.
Moreno Bonilla –que, no debemos olvidar, es presidente gracias a la extrema derecha- ha dejado al descubierto que es un oportunista. No adelantará elecciones por, como dice, “el bien” de Andalucía, sino que lo hará en su propio provecho. Las últimas encuestas señalan claramente que sólo será presidente, de nuevo, de la mano de Vox. Si pacta tendremos el mismo escenario que en Castilla y León donde ya han anunciado la ley de violencia intrafamiliar o ley para la concordia.
Francia, insisto, es el peor espejo en el que se puede mirar el PP. Allí, su partido homólogo ha pedido el voto para Macron y no para Le Pen. Aquí está la situación de Castilla y León y la amenaza de Vox de acabar con la Autonomía Andaluza.