El Partido Popular concurre a las siguientes elecciones municipales del 28 de mayo con, de momento, seis tránsfugas como cabezas de lista en otros tantos municipios de Almería; a saber: Alcolea, Albanchez, Vélez-Blanco, Carboneras, Los Gallardos y Tíjola. Todos sus candidatos defendían y han puesto en práctica hace cuatro años un programa electoral con el sello de otras formaciones y, ahora, lamentablemente no tienen ningún reparo en hacerlo con otro partido político completamente diferente al suyo originario, que defendía y que promulgaba cuestiones y gestiones muy diferentes a las del partido de cabecera por el que se dieron a conocer y con el que ganaron los comicios de 2019. Sin pudor. Pero menos tiene quien siempre está enfrente recogedor en mano, que es el PP de Javier Aureliano García quien ha convertido su formación en un auténtico saco sin fondo.
El PP se permite estar todo el día dando clases a los demás cuando es el primero que suspende en seriedad, rigor y decencia pese a sus intentos por ocultarlo con sus habituales postureos en los medios de comunicación y en cada acto social. Resultan bochornosos los abrazos y baños de multitudes que se están dando Javier Aureliano García y otros altos dirigentes ‘populares’ por toda la geografía almeriense, haciendo de tránsfugas ‘uno de los nuestros’. Está claro que para el PP todo vale en política.
Lo ha venido demostrando durante estos últimos cuatro años con la compra de voluntades de otros tantos tránsfugas en importantes ayuntamientos como los de Almería, Roquetas de Mar, Huércal de Almería y Huércal Overa, además de Felix y Dalías. En todos estos municipios el PP ha robado a la ciudadanía su voluntad democrática expresada en las urnas para hacerse con el control absoluto de los ayuntamientos pese a que sus vecinos y vecinas transmitieran, con sus votos, lo contrario. El PP no consiguió mayoría absoluta en ninguno de estos municipios y, como no es capaz de gobernar a través del diálogo con el resto de formaciones en clara obediencia al deseo ciudadano, rompen la baraja, cambian de juego, y comienzan el baile de la compra de concejales para garantizarse la mayoría municipal.
Y es que al PP de Almería le viene de casta. Mariano Rajoy no convocó en siete años a la comisión de seguimiento del Pacto Antitransfuguismo, que sólo se ha reunido con gobierno socialistas, y hace tres años votaron en contra de hacer cumplir este pacto.