Martín Gerez. Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Vera
En los próximos días vencerá un contrato de servicios firmado por el Ayuntamiento de Vera con una empresa para la limpieza viaria, de playas y para el cuidado y el mantenimiento de la jardinería municipal. Hasta aquí una situación normal cuando el contrato es temporal. Incluso en los de vencimiento indefinido se han de revisar, cada cierto tiempo, algunas condiciones, pero la revisión es más difícil y complicada si hay un vencimiento y el PP de Vera parece que no tiene prisa en buscar una solución al vencimiento del contrato firmado hace 20 años y renovado hace 10. Para adelantar trabajo, desde el Grupo Municipal Socialista presentamos en 2019 una propuesta de acuerdo que los populares rechazaron.
Los servicios en cuestión, además de la limpieza de edificios públicos, para los que el PP ha presupuestado en torno a 2,9 millones de euros (un millón más que este pasado año), van a suponer en torno al 20% del presupuesto de gastos corrientes.
Sin embargo, nuestro temor es que, si se llevan a cabo y se cumplen las propuestas incluidas en un informe ad hoc encargado por el PP de Vera a una consultora madrileña (suponemos que por aquello “del pedigrí”, y por 14.900 euros), los vecinos de Vera verán que un incremento semejante de las partidas presupuestarias no va a llevar aparejado una mejora semejante en la frecuencia y calidad. Lamentablemente, seguirá habiendo calles que se limpiarán una vez cada semana y algunos viales cada quince días.
La planificación de la limpieza es el resultado de calcular las superficies y la frecuencia con la que se ha de hacer y aplicar estimaciones de productividad. Al personal hay que retribuirle y garantizarle sus condiciones laborales. Por tanto, qué sentido tiene hacer una concesión a una empresa privada que va a utilizar el número de personas que se le indiquen, que siguen siendo responsabilidad de la Administración, se le va a dotar de los medios que se fijen en los pliegos y, por supuesto, hay pagarle sus gastos de administración, un beneficio industrial muy interesante, además pagar el correspondiente IVA.
El cálculo por todos esos conceptos estaría en un mínimo de 500.000 euros anuales, según las estimaciones de nuestro grupo, o 5.000.000 de euros en los 10 años que nos recomiendan de duración de los contratos, “para que se amorticen las inversiones”. Esta cantidad, bien utilizada, puede dar mucho de sí. Por ejemplo, se puede contratar más trabajadores para incrementar la frecuencia. ¿Qué tal limpiar el grueso de las calles de Vera dos veces a la semana en lugar de una o cada 15 días como se prevé en algún caso?, ¿o baldear y fregar con más frecuencia?; cuantas más veces y más pronto se hagan las labores de limpieza más cerca estaremos de los deseos de los vecinos.
Y eso se puede hacer con la puesta en marcha de una empresa pública 100% de capital municipal y mediante una encomienda de servicios a medios propios personificados. ¿Supone esto la destrucción del libre mercado como algunos pretenden hacernos creer? Para nada. Todos los suministros se adquirirán en el libre mercado. De lo que hablamos es de eficiencia, o de cómo obtener el máximo resultado al mínimo coste. ¿Eso es pecado?, curiosamente parece que si para muchos de esos pretendidos liberales que si embargo ‘regalan’ los contratos públicos a sus amigos con total descaro.
Yo diría que no. Simplemente es echarle imaginación y darle a la ciudadanía los mejores servicios a los que tienen el derecho de disfrutar; a todos los ciudadanos y barrios por igual y sin diferencias. Pero también hacerlo con transparencia y organización, sin convertirlo en un paraíso de “enchufados” y, por supuesto, con procedimientos muy serios de control del absentismo y de la gestión.