Juan Carlos Pérez Navas, secretario de Programas y Análisis del PSOE de Almería
Comienza septiembre y, con él, un nuevo curso político en el que lo económico y lo social serán la nota dominante. La gestión del Gobierno de España está haciendo que nuestro país marque ritmo y agenda en asuntos europeos de trascendencia, como es el caso del anuncio de la presidenta de la Comisión Europea de reformar el mercado eléctrico en Europa que es, justamente lo que se ha venido reclamando desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez ante el chantaje ruso. Ahora, la UE se abre a una intervención del mercado eléctrico y toma como ejemplo la propuesta española de la “excepción ibérica”.
Esta misma semana, nuestro presidente participaba en el Consejo de Ministros alemán para explicar a la ‘locomotora de Europa’ las medidas que se están aplicando en materia energética y se afianzaba, así, el eje hispano–alemán para presionar en la construcción del gaseoducto entre España y Alemania para toda Europa.
Además, el adelanto del IPC de agosto nos deja que se ha contenido gracias a las medidas adoptadas por el Gobierno de España que, muy pronto, darán como resultado una reducción del mismo.
Esta es la realidad. Mientras que el país avanza dentro y fuera de sus fronteras, el PP vive su otra realidad, la paralela. El líder del principal partido de la oposición solicita un debate en el Senado después de haber votado continuamente que ‘no’ a todas esas medidas que hoy no sólo reconoce Europa, sino que marcan el rumbo del resto de gobiernos que las copian y que aquí empiezan a tener un efecto positivo para la ciudadanía y empresas.
El PP vuelve a mostrar que no es un partido de estado y sigue sin estar a la altura que las circunstancias requieren. El Gobierno ha respondido de manera efectiva a esta crisis global sobrevenida por la invasión de Putin a Ucrania y está haciendo frente, de manera ejemplar, a cuantas vicisitudes se encuentra en su camino para continuar la senda que se marcó Pedro Sánchez a comienzo de la pandemia por coronavirus: remar todos juntos y salir de esta situación unidos, sin dejar a nadie atrás.
Núñez Feijóo, como hizo Casado y como hacen los líderes del PP siempre, se niega a todo sin aportar soluciones efectivas y, cuando se le brinda, sigue negándose a todo. Por suerte, el país sigue adelante sin el apoyo de los populares y aunque les pese. El PP trata de obtener su rédito electoral generando confusión e incertidumbre, pero ya nadie les compra ese discurso.