Cuando las encuestas reflejan que la ciudadanía siente desafección por la política mucho tienen que ver actitudes irresponsables como la mostrada por el presidente de la Junta de Andalucía y la ceremonia de la confusión en torno al adelanto electoral a la que estamos asistiendo atónitos.
Moreno Bonilla ha sobrepasado todos los límites esta semana. No habla de otra cosa, pero no pone fecha. Sigue sembrando dudas y lanzando mensajes contradictorios como que el posible adelanto busca el interés general cuando lo único que está haciendo es pensar en sí mismo y en su partido al margen de la gestión que debe realizar y no perder de vista en ningún momento, porque para eso está donde está. El líder del PP andaluz sigue proyectando, con sus vaivenes, una imagen de una comunidad inestable en la que, precisamente, la incertidumbre la alimenta el propio presidente que llega a mofarse en la cara de los andaluces y andaluzas.
El cachondeo de Moreno Bonilla con las próximas elecciones autonómicas es una muestra más de lo que ha sido su gestión durante estos años: ineficaz e irresponsable. Ha utilizado a esta región a su antojo sin pensar en el bien común. No ha sido capaz de gestionar los fondos extraordinarios que llegaron del Gobierno de España y sigue sin serlo. Andalucía lidera, de su mano, el paro en el país y sigue sin generar empleo pese a las promesas electorales. ¿Dónde están los 600.000 puestos de trabajo que iba a crear durante su legislatura? Lo suyo es escurrir el bulto. Lleva meses con un único tema de conversación, las elecciones y lejos de ofrecer una respuesta, para pasar a hablar de otras cuestiones, sigue sembrando dudas y evitando que la opinión pública escuche lo importante, que son los problemas de la sociedad y sus necesidades más acuciantes. Ha herido casi de muerte a nuestra sanidad pública, ha debilitado el sistema educativo y el social, y ha aumentado las listas de paro. En estos más de tres años de gestión no tiene absolutamente nada por lo que presumir y en Almería lo sabemos bien. Aquí, a lo único que ha venido ha sido a cerrar servicios, candado en mano.
Es escandaloso que, después de meses de excusas para adelantar las elecciones, en el momento de la verdad siga girando sin dar una respuesta y manteniendo en vilo a la comunidad y, mientras, no mueve un dedo por mejorar la vida de las personas. Este juego se torna ya peligroso porque Andalucía necesita estar al por cien y salir fortalecida de la crisis social por esta pandemia. Otras comunidades lo están haciendo, pero aquí, el lastre sigue siendo Moreno Bonilla.