Manolo García, secretario general del PSOE de Roquetas de Mar
La noche del 23 al 24 de marzo de 1985, Recaredo García recorrió los pocos pasos que separaban su bar de la vivienda de Serafina García, ambos situados en la Plaza de la Constitución de Roquetas de Mar. Al llegar se dirigió a los familiares y amigos que velaban el cadáver de Pepe Guerrero, hijo de Serafina y hermano de Anita, para invitarles a todos a tomar una última consumición y cumplir así la última voluntad de Pepe. Es una de las anécdotas y vivencias ocurridas en esta casa, que muestra la dimensión humana de esta familia, y de paso costumbres e historia de Roquetas de Mar. De estilo histórico modernista, esta casa es la única de finales del siglo XIX y principios del XX que se conserva en la Plaza de la Constitución. De hecho, posiblemente sobren los dedos de una mano para contar las que sigan en pie en todo el municipio.
¿Cómo es que un municipio con tanta historia como Roquetas, conserva tan poco de ella? ¿A qué ha obedecido la política sistemática de cargarse el casco histórico de Roquetas y sus señas de identidad? ¿Por qué no estaba esta casa y otras similares dentro del catálogo de viviendas protegidas de Roquetas de Mar? Posiblemente, la respuesta la encontremos en la insensibilidad de Gabriel Amat y su poco apego a la historia de nuestro pueblo.
Cuando se anunció la compra de esta casa nos pareció un gran acierto, porque siempre hemos entendido que hay que salvar lo poco que nos queda de nuestra historia de la depredadora política urbanística de nuestro alcalde, siempre obsesionado con el dinero fácil de la especulación y sin pensar ni un segundo en lo que venga después. Así se explica que un municipio turístico como el nuestro, apenas tenga patrimonio histórico que enseñar a sus visitantes.
Su estrecha visión de futuro, junto a su chapucera forma de gestionar, se refleja a la perfección en el proyecto museístico de la casa: una vez empezadas las obras se dan cuenta de que la estructura no aguanta y hay que derribarlo todo, lo cual se aprovecha para rehacer todo el proyecto y construir encima de esta histórica edificación una ‘nave espacial’ de dos plantas más que costarán más del doble del dinero previsto. Todo con esa particular lógica de nuestro alcalde, que también genera nuevas preguntas. Empezando por qué tipo de estudio y proyecto se redactó que no fue capaz de detectar esos supuestos problemas en la estructura. ¿Se hacen así todos los proyectos en Roquetas? Quizá eso explique tanto cambio y tanto sobrecoste que afecta a la práctica totalidad de los proyectos que se ejecutan en Roquetas.
También cabe preguntarse cómo es que en Roquetas no tenemos capacidad para salvar una casa de un siglo, cuando en todo el mundo se hacen restauraciones de edificaciones de cientos o incluso miles de años. ¿Por qué no se ha contado con arquitectos expertos en patrimonio para estudiar su estado y las soluciones? ¿Por qué no se han encargado los trabajos a una empresa especializada?
Por otro lado, resulta muy llamativo el concepto planteado con el proyecto, donde parece que la historia de Roquetas empieza a mediados del siglo pasado, justo cuando Amat llegó a Roquetas. Resulta incompresible que los siglos de historia de nuestro municipio no merezcan estar en un museo que se concibe como histórico. Visto lo visto, mucho me temo que ese museo no será más que un caro capricho personal de nuestro alcalde para glorificar sus largos años de mandato, más que para preservar el pasado de nuestro pueblo. Por eso, no podemos permitir que se nos arrebate esta vivienda. Si lo hacemos, estaremos perdiendo nuestra memoria, como personas y como pueblo. Aún estamos a tiempo.