Es bastante decepcionante ver al presidente andaluz embarcado en una carrera por montar un relato a su interés de adelanto electoral en lugar de ocuparse de la pandemia y de gestionar los fondos extraordinarios de recuperación. También es desalentador ver su huida del Parlamento de Andalucía para no estar en los problemas de la población andaluza que pasan, sin duda, por la situación sanitaria y la atención que se debe dar desde lo público.
Moreno Bonilla no acudió al Parlamento porque no quiso. Ofreció excusas mediocres y acabó montándose una agenda artificial y forzada en las instituciones europeas con la que, además, vino sin conseguir nada bueno para Andalucía, tan sólo la evidencia de su debilidad e incapacidad para gestionar.
El presidente andaluz reconoció que Andalucía era la comunidad que más fondos recibirá pero se sigue situando junto a sus compañeros de Génova para censurar todo lo que tenga que ver con el Gobierno de España. Moreno Bonilla prefirió saltarse la sesión plenaria en su tierra para hacer el ridículo en Europa al reconocer el privilegio andaluz con los fondos de recuperación y asumir que iba a necesitar más tiempo para gastar los miles de millones que llegarían. También nos dejó atónitos porque esa llamada a las instituciones europeas da alas y aliento a aquellos países más reacios que se han mostrado en contra de este fondo de solidaridad del que España es la más beneficiada, con lo que sirvió en bandeja a los euroescépticos el refrendo de sus argumentos cuando avisaban de que eran muchos fondos.
Afortunadamente, el país avanza y no es gracias a Moreno Bonilla y al PP. La presidenta de la Comisión Europea ha enviado una carta a Pedro Sánchez por el cumplimiento de España con el Plan de fondos, tratándose, muy al contrario de Moreno Bonilla, de un presidente que sí está a la altura de las circunstancias. El líder del Ejecutivo de las derechas salió huyendo del Parlamento hacia Europa, pero no consiguió tapar los verdaderos problemas que padece la sociedad andaluza: el abandono del sistema sanitario público y un aumento de las listas de espera en Dependencia. Esa es la realidad y, mientras, Moreno Bonilla sigue a por uvas en lugar de estudiar, compartir y preocuparse por cómo va a gestionar la ingente cantidad de dinero procedente de la Unión Europea para sanar los servicios públicos que él mismo ha lapidado.