Se han cumplido 50 años del golpe fascista de Augusto Pinochet en Chile en los que la represión, la dictadura y los asesinatos se prolongaron durante 17 años; una historia negra que lejos de olvidarse vuelve a salir a la luz con un lamentable repunte de posicionamientos ultra que defienden y añoran esta etapa oscura del país latinoamericano. Y apena, también, ver las conexiones y la fraternidad que entre existen el líder de la extrema derecha española, Santiago Abascal, y su homólogo chileno, José Antonio Kast, quien reivindica la dictadura y a los exmilitares condenados por crímenes de lesa humanidad, para quienes pide, además, el indulto.
Igualmente, se hace especialmente difícil la digestión en este tiempo el comprobar que formaciones políticas como el Partido Popular y líderes como Alberto Núñez Feijóo llegan a acuerdos de gobierno en comunidades autónomas y ayuntamientos con la formación ultraderechista de Abascal cuyas amistades añoran la dictadura y las nefastas consecuencias civiles que esta trajo consigo y que siempre trae donde quiera que se produzca. No sólo llegan a lamentables acuerdos que hacen retroceder en derechos a la ciudadanía que habita en esas comunidades autónomas o ciudades, sino que PP y Vox irán juntos, de la mano, los días 26 y 27 a la investidura, presumiblemente fallida, de Feijóo. Estas son las conexiones entre unos y otros.
Resulta desolador que en el siglo XXI y siendo, como somos, perfectamente conocedores de lo que significó para la historia de Chile la dictadura de Pinochet y lo que supone, para cualquiera, un régimen de estas características en los que se eliminan de manera fulminante los derechos y libertades de la población con todo tipo de medidas opresoras, el PP de Feijóo se sienta cómodo con Vox, con sus defensas y sus tesis y que, al fin y al cabo, no dejamos de asistir, con el PP, al todo vale con tal de alcanzar la Presidencia del Gobierno de España aunque sepa, como sabe, que el teatro que van a escenificar en menos de dos semanas, no irá a ningún lado.
Mientras, el Gobierno en funciones presidido por Pedro Sánchez, con el ánimo de seguir avanzando en valores democráticos, en derechos y en libertades, y para avanzar en coherencia democrática, retiró esta semana la Gran Cruz del Mérito Miliar a Pinochet que otro dictador, Franco, concedió en su día.