Mientras a algunos les llega el agua al cuello, otros andan nadando en la abundancia. El ejemplo más palmario de este axioma lo hemos encontrado en estos días en la subida de sueldo aprobada por la junta directiva de la patronal para los integrantes de la CEOE, algo que ha terminado salpicando directamente a su presidente, Antonio Garamendi, al que se le atribuye una retribución cercana a los 400.000 euros al año. En fin, algo más que un buen sueldo, por decirlo suave.
Alguien podría pensar que lo que haga la patronal con el salario de sus directivos es cosa suya, y le daría toda la razón si no fuera porque sus dirigentes se han mostrado en contra de incrementar un 8% el salario mínimo, que eleva su cuantía hasta los 1.080 euros, así como a subir un 8,5% las pensiones contributivas y un 15% las no contributivas. De estas medidas, aprobadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, se ha quedado al margen la CEOE, que ni siquiera se ha querido sentar en la mesa de diálogo social en la que sí han participado los sindicatos.
Entre tanto, hemos conocido que tres grandes bancos en nuestro país han sumado unas ganancias conjuntas de 19.000 millones, mientras se siguen encareciendo las hipotecas. Que se sepa, la patronal tampoco ha pedido la revisión al alza del salario de los trabajadores de la banca.
Pensar que subir los sueldos, y muy especialmente de los que menos ganan, va a generar un problema en nuestra economía se desmonta con rapidez, puesto que se ha demostrado que la inflación que se está registrando en toda Europa nada tiene que ver con el salario que reciben sus trabajadores. Es más, España es el país de la zona euro con menos inflación, donde siguen creciendo las contrataciones y aumentando los contratos indefinidos.
Un poquito de coherencia entre lo que dicen y lo que hacen tampoco le vendría mal a la CEOE, más que nada porque mostrarse en contra de dignificar un poco más los salarios y de permitir que el alza del IPC no se comiera las pensiones no ha provocado lo anunciado en el libro del apocalipsis del que la derecha compró todos los ejemplares.
El Gobierno de Pedro Sánchez lo está haciendo bien, le pese a quien le pese y se ponga como se ponga el Partido Popular de Feijóo y de Moreno Bonilla, que se ve que está en otras cosas, como en recurrir ante el Constitucional el impuesto a las grandes fortunas aprobado por el Gobierno. Vivir para ver.