Mientras que Moreno Bonilla exime del impuesto sobre el patrimonio a las personas más pudientes de la región, la Andalucía real, la que tiene necesidades y trabaja duro para llegar a final de mes, reclama mejoras, inversiones, ayudas y pide desesperadamente una acción de gobierno desde la Junta de Andalucía.
Lo comprobamos en materia educativa. Hemos arrancado el curso escolar y en Almería 3.000 menores lo harán en alguna de las más de 120 aulas prefabricadas que existen por la gestión del PP, dado que desde hace cuatro años se han duplicado el número de infraestructuras de este tipo que son de carácter provisional pero que, con Moreno Bonilla, parece que han venido para quedarse y multiplicarse. Desde la oposición, la hoy consejera de Agricultura y otrora portavoz ‘popular’, Carmen Crespo, las llamaba ‘caracolas’ y decía muy segura que Juanma Moreno las iba a eliminar todas en sus primeros cuatro años como presidente andaluz. Qué palos nos da la hemeroteca.
Pues, por hacer cuentas, con esos más de 90 millones de euros al año que ahora la Junta dejará de ingresar procedentes del impuesto sobre el patrimonio, se podrían construir 20 colegios y se acabaría, fácilmente, con las aulas prefabricadas.
En 2028, antes de la llegada de Moreno Bonilla a la Junta, quedaban en la provincia 70 aulas prefabricadas y los planes de inversión y adjudicaciones previstos por el anterior gobierno socialista para continuar erradicando esas construcciones son los que, precisamente, han permitido al PP eliminar algunas de ellas. Sin embargo, el PP ha sumado aulas prefabricadas por otro lado, tanto que de 70 han pasado a ser más de 120 hoy en día.
Recuerdo cuando, no hace tanto, los parlamentarios del PP de Almería acusaban a la Junta gobernada por el PSOE de poner freno a la calidad de la educación, cuando se fotografiaban cada trimestre en esas aulas que prometían eliminar cuando ahora vemos que, al revés, han pisado el acelerador para hacer más y para seguir deteriorando la educación pública cerrando aulas en lugar de contribuir a un descenso de las ratios, por ejemplo.
Tampoco se ha reforzado el profesorado y Moreno Bonilla se muestra indolente ante el aumento del precio de los servicios escolares complementarios que podría asumir la Junta con el exceso de financiación procedente de las trasferencias del Gobierno de España. No hay repuesta, sólo buenas noticias para los ricos.