Hace tan sólo unos días que la ciudadanía almeriense y andaluza salía a la calle nuevamente para defender su sanidad y su servicio público de salud porque ya no soportan que los centros de salud estén saturados y colapsados, que no haya urgencias donde debía haberlas o que esta prestación de emergencia se dé tan sólo por horas, que los médicos o médicas de familia no atiendan en menos de una semana o de quince días o que haya más de un millón de andaluces esperando que les operen o les vea un especialista mientras su salud empeora cada día. El PP no da a conocer la cifra exacta de las listas de espera –o que desesperan- desde hace más de un año y este silencio, para un partido que es puro marketing, simboliza que algo no va bien y que, por lo tanto, se ha de ocultar.
En cada crítica por la merma de la calidad en la sanidad pública, el PP andaluz elude su responsabilidad y acaba señalando siempre a los profesionales sanitarios, menospreciando su encomiable labor. Están al 200% y exhaustos por las condiciones en las que trabajan debido a la mala gestión de Juanma Moreno que, por la puerta de atrás, está regando con millones de euros a las clínicas privadas. El presidente andaluz nos está robando la sanidad pública y la está vendiendo a la privada. En Andalucía, antes de la llegada del PP a la Junta, con la tarjeta sanitaria se obtenía una asistencia de calidad en un tiempo razonable, pero Juanma Moreno lleva cinco años procurando que la tarjeta que garantice eso sea la de crédito.
La sanidad es uno de los pilares del estado del bienestar y las y los socialistas no vamos a permitir que el PP andaluz la pisotee, como tampoco permitiremos que acabe con la igualdad entre personas que supone recibir el mismo servicio sanitario viva donde viva y sea quien sea. En Almería estamos viendo cómo el PP en la Junta distingue entre ciudadanos de primera o de segunda a la hora de enviar una ambulancia porque las hay mejor o peor equipadas. Llevamos semanas preguntando a la consejera sobre los criterios de distribución y, al igual que sucede en las listas de espera, el silencio es la respuesta ‘popular’.
Mientras el PP calla la gente habla y cada vez lo hace más fuerte y más claro. Quiere una sanidad pública de calidad, como la que tenía antes de Juanma Moreno quien, lejos de escucharles, huye a encuentros con su partido para ensalzar la figura del perdedor Feijóo.