Moreno Bonilla es el protagonista de una película de serie B titulada ‘El presidente de los ricos’ y con ese guion se fue a Madrid a anunciar su primera medida: la supresión del Impuesto de Patrimonio en Andalucía que tiene un impacto en la recaudación del 0,6% en los presupuestos andaluces y supone un ‘copia y pega’ del modelo Ayuso en la comunidad madrileña.
Su primera medida no ha sido la de ampliar la plantilla en hospitales, centros de salud y ambulatorios; tampoco ha sido la de bajar las ratios en los colegios ni contratar profesionales de refuerzo educativo, tampoco ha anunciado ayudas a pymes, autónomos y clase trabajadora. No. Lo primero que ha pensado el líder del PP andaluz, en lo que ha puesto toda la carne en el asador, ha sido en bajar los impuestos a las rentas más altas y, para colmo, nos dice que esto beneficia a todos por igual.
De repente, todos y todas somos ricos en Andalucía por obra y gracia de Moreno Bonilla que ha rechazado recaudar 120 millones de euros –lo que supone este impuesto- para, precisamente, consolidar los servicios públicos. Al contrario, se ha propuesto convertir a Andalucía en un paraíso fiscal para 20.000 ricos frente a los 8 millones de andaluces a los que no nos va a afectar en nada pese a lo que promulgue sin datos que lo corroboren.
A partir de ahora, si Andalucía recibe 8.000 millones del Ministerio de Hacienda -de todos los españoles por sus retenciones en la renta y otros impuestos que se recaudan a nivel estatal y que en un porcentaje se transfieren a las Comunidades- sobre todo, las rentas de trabajadores y autónomos estarán financiando a Moreno Bonilla esta medida estrella para detener no sé qué huida de fortunas que no existen.
Esos 20.000 andaluces con rentas superiores a los 3 millones de euros y patrimonio por encima de los 5 millones puede pagarse la exclusividad sanitaria, educativa, social y todo lo que consideren oportuno sin tener que hacer lista de espera en ningún lugar. Sin embargo, los restantes 8 millones de andaluces dejaremos de recibir 120 millones de euros que deberían redundar en una mejora de los servicios públicos. No es cierto que la eliminación del impuesto de patrimonio signifique un aumento de los ingresos públicos; eso no se ha demostrado y tan solo está, como otras tantas cosas, en el ideario del PP y de Moreno Bonilla.