El ex alcalde de Almería y hoy consejero de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta, Ramón Fernández-Pacheco, le puso esta semana la letra y hasta la entonación a una de las ideas sobre las que viene girando la propaganda del PP en nuestra provincia en los últimos meses: la de que, sólo por el hecho de haber sentado a dos almerienses en el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla ya ha hecho los deberes con Almería. Una idea absurda y hasta ofensiva para todo aquel que no se considere un hincha del PP.
La eufórica declaración de ‘almeriensismo’ que realizó Fernández-Pacheco sonaría perfecta en la grada del Power Horse Stadium tras un gol de la UDA, pero aporta poco en una sede parlamentaria a la que el consejero está obligado a acudir periódicamente para rendir cuentas de su gestión.
Y llegamos al meollo del asunto, porque es precisamente esa gestión la que pretende tapar el consejero almeriense con su declaración de orgullo patrio, que, por cierto, no le pertenece en exclusiva. Ser de Almería es mirar por esta provincia, atender sus necesidades y defender su futuro. Justo lo que no ha hecho nunca el Partido Popular, ni cuando gobernaba Rajoy, ni tampoco hoy, cuando tiene dos consejeros almerienses a las órdenes de Moreno Bonilla.
Difícilmente pueden estos consejeros ir pregonando que son de Almería cuando la realidad es que su Gobierno maltrata un día sí y otro también a nuestra provincia. Al consejero le hemos escuchado muy buenas palabras, presumir de ser de Almería, pero la realidad es que sigue mirando para otro lado ante uno de los mayores desastres ambientales que hemos sufrido los almerienses en los últimos años.
Un gobierno comprometido con Almería no habría permitido que las Salinas de Cabo de Gata se secaran; no habría cercenado el futuro del interior de Almería interrumpiendo la conexión de la Autovía del Almanzora con Baza; no habría dejado fuera de los presupuestos el acceso norte de Almería desde Viator; no habría discriminado a nuestra provincia en el Bono Joven Alquiler, asignándole una cuantía para ayudas irrisoria. Un gobierno comprometido con Almería no habría permitido que nuestra provincia se colocara a la cabeza del ranking andaluz de listas de espera hospitalarias, como ha sucedido con Moreno Bonilla sentado en San Telmo.
El verbo ser expresa una condición intrínseca e inmutable. Uno es de donde es y poco puede hacer al respecto. Donde sí se puede incidir es en lo que uno hace. Así que los consejeros almerienses harían bien en ‘hacer’, en ponerse a trabajar por Almería, que es lo que esperan los vecinos de esta provincia, más allá de lo que figure en su DNI.