Manolo García, Secretario general del PSOE de Roquetas de Mar
Se dice que “crisis es sinónimo de oportunidad” y, si damos por buena la frase, deberíamos aprovechar esta grave situación que padecemos para hacer una enmienda a la totalidad al modo en que hasta ahora se han afrontado las prioridades en Roquetas de Mar. Esta emergencia sanitaria y sus consecuencias económicas y sociales, deberían llevarnos a variar de manera radical las prioridades y objetivos en la obra pública.
En primer lugar, la prioridad deben ser las obras de ejecución inmediata, sencillas y económicas, de adaptación de la ciudad a la nueva realidad de movilidad y distanciamiento social, sin olvidar que el objetivo último debe ser la contratación masiva de mano de obra para generar un empleo que nos hace falta en un municipio que a finales de marzo contabilizaba 9.466 desempleados.
Una prioridad que se debe aprovechar para dar a Roquetas de Mar, a sus calles, una dimensión humana que nunca ha priorizado un alcalde que rara vez se baja del coche oficial. Ahora más que nunca necesitamos calles con zonas peatonales lo suficientemente amplias como para transitar sin grandes aglomeraciones; donde los carritos de bebé no tengan que bajarse a la calzada porque no hay anchura en la acera; donde sea agradable irse de tapas o comprar en el comercio local, y que se puedan recorrer en bicicleta.
Un ejemplo de esas actuaciones de bajo coste era el carril bici del paseo marítimo de Aguadulce, que el alcalde ha paralizado esta semana. Un carril que es también un claro ejemplo del caos existente en el Ayuntamiento que dirige el señor Amat. Empezando porque se trata de una vía que no se contempló en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible que se aprobó hace menos de un año y siguiendo porque el proyecto se paralizó apenas unas horas después de que se iniciara, lo que muestra una descoordinación muy grave.
Ese carril bici es necesario. De hecho, ya lo propuso el PSOE en su día. Tendría un efecto muy positivo en el turismo y en la calidad de vida de los vecinos. La actual carencia de carril bici es una barrera y muchos ciclistas, incluidos turistas de las urbanizaciones, actualmente se quedan en Villa África o deciden recorrer otras zonas más cómodas para ellos. Alguien debería habérselo explicado a esos comerciantes que se oponen al proyecto, porque lógicamente están preocupados por la repercusión que tendrá sobre sus negocios. Alguien les debería haber mostrado los efectos positivos que tienen estas intervenciones, hay cientos de ejemplos y estudios.
Pero no solo es necesario ese carril bici. Hay más inversiones en movilidad que nuestro alcalde ha rechazado, y que pueden ser ahora una oportunidad. Revisar y conectar los carriles bici existentes; poner en marcha ese transporte público que Roquetas debió implantar hace casi 20 años; analizar la situación de los aparcamientos especialmente en puntos como la Urbanización y, por supuesto, hacer una ciudad accesible a pie, que debería ser una prioridad para cualquier ayuntamiento preocupado por sus vecinos.
Todas estas cosas nunca le han importado a Gabriel Amat. No creo que quede nadie en Roquetas que no sepa ya que la única movilidad que le importa es favorecer el uso del coche de puerta a puerta: una visión más propia de los años 60 del siglo pasado, que del siglo XXI. Pero además de esa anticuada visión, que mantiene a nuestra ciudad en una situación tercermundista, mucho nos tememos que esas políticas se están viendo afectadas por las guerras internas del PP, por ese ‘juego de tronos’ en que se ha convertido el desgobierno de Amat.