Los 600.000 empleos que Juan Manuel Moreno Bonilla aseguró que crearía en cuanto llegara al Gobierno de la Junta de Andalucía no son hoy más que una bandera descolorida que ondea al viento. La promesa se le ha quedado vieja al presidente andaluz en menos de cuatro años, que ha sido el tiempo preciso para que queden en evidencia sus hechuras de mal gobernante.
Lejos de generar 600.000 nuevos empleos, Andalucía ha ganado en estos casi cuatro años de gobierno de PP y Ciudadanos 23.000 nuevos parados. En la provincia de Almería, desde la investidura de Moreno Bonilla hasta el día en el que pulsó el botón de la convocatoria electoral tenemos 3.100 parados más, según el SEPE. Es decir, tenemos más paro que en 2018, pese a que en el resto del país la evolución del empleo ha mejorado. Al final va a resultar que el vendedor de remedios milagrosos no era más que un charlatán.
Las cuentas le han salido mal al casual presidente andaluz –lo es gracias a Vox– por no estar a lo que había que estar: al trabajo. Cuando se fía todo a la propaganda, cuando la única calculadora que se utiliza es la electoral, ocurre lo que ha ocurrido.
Moreno Bonilla ha empleado mucho esfuerzo en publicitar “el cambio”, que verdaderamente ha sido a peor, pero muy poco en gastar los fondos europeos que tenía asignados Andalucía. De los 8.170 millones de euros provenientes de Europa y reservados para nuestra comunidad, el Gobierno andaluz apenas ha sido capaz de ejecutar el 40%, una cifra a todas luces insuficiente, que ha supuesto la renuncia a crear 120.000 empleos. Con una tasa de paro en Andalucía muy alta, que se duplica en el caso de la juventud, no parece que esté el panorama para tanta indolencia.
Allí donde ha tocado, además, tampoco ha mejorado la cosa. En sanidad, su paso por el gobierno se recordará por el despido de 8.000 sanitarios.
Este 1 de mayo, los socialistas volveremos a salir a las calles. Lo haremos con el orgullo del escudo social desplegado por el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha permitido proteger cientos de miles de puestos de trabajo en todo el país durante la crisis del covid, gracias a los ERTES y las ayudas a los autónomos. Saldremos con el orgullo de haber ayudado a quienes tienen los empleos más precarios con una subida del Salario Mínimo Interprofesional sin precedentes en nuestra historia.
Este 1 de mayo, estaremos con las trabajadoras del manipulado; estaremos con las trabajadoras de la ayuda a domicilio, a las que el Gobierno andaluz sigue sin mejorarles ni sus salarios ni las condiciones laborales. Estaremos al lado de quienes son la verdadera riqueza de este país y merecen hechos, no promesas.