Juan Carlos Pérez Navas
Han bastado menos de dos semanas y dos consejos de ministros para comprobar las prioridades de la legislatura con un Gobierno de coalición al frente que, en ese escaso tiempo, se ha marcado llevar a cabo políticas absolutamente prioritarias y que afectan a millones de personas. La revalorización de las pensiones, la subida del SMI, el incremento salarial a los funcionarios o la aprobación de una Declaración ante la emergencia climática son las primeras de una larga lista de buenas noticias que vendrán de la mano del gobierno que lidera Pedro Sánchez y marcan ya el camino de lo que queda por venir pese a los intentos de la derecha por bloquear el funcionamiento de todo un país.
El Gobierno, mientras tanto, ha dedicado estos escasos días a mejorar la vida de los españoles y españolas, a centrarse en sus tareas para que este país avance y a desarrollar medidas para compensar los recortes económicos y sociales que provocaron los años de gobierno del PP.
Esta actividad y estos compromisos que en campaña se prometieron y que se han cumplido señalan que esta será la legislatura del diálogo. No hay nada más progresista que dialogar en base a las grandes transformaciones que este país necesita, que son sustentar y mejorar el crecimiento económico, llevar a efecto la transición ecológica, desarrollar medidas que recompongan y sustenten una mayor cohesión social, territorial y, sobre todo, conseguir la igualdad real entre mujeres y hombres.
La apuesta por lo público, con la subida salarial del 2% para los funcionarios en un reconocimiento a su trabajo, y el gran pacto social para la subida del SMI son herramientas que el Gobierno de Pedro Sánchez ha impulsado para revalorizar el salario de los trabajadores que ha sido devaluado durante los años de gobierno de la derecha. Además, supone un mayor reconocimiento a sus derechos y contribuye a la recuperación de las condiciones laborales dignas de estos trabajadores.
Hay una medida que, quizá, haya pasado más desapercibida, pero comparte escenario público y es, igualmente, una prioridad para el ejecutivo progresista, como es la aprobación de una Declaración ante la emergencia climática y ambiental, en la que el Gobierno se compromete a adoptar 30 líneas de acción prioritarias -cinco de ellas en cien días- para combatir el cambio climático con políticas transversales. Esto lo hace un gobierno que atiende las peticiones de la comunidad científica para salvaguardar el medio ambiente, la salud, y la seguridad de la ciudadanía.
Con esta Declaración, el Gobierno de Pedro Sánchez deja atrás un modelo de desarrollo agotado –el del PP de Rajoy- para alcanzar la neutralidad climática en 2050 y convierte el medio ambiente en una oportunidad de desarrollo económico más justa, con una mayor modernización e innovación y una mejora de la competitividad de la economía española que traerá consigo empleo más estable y de mayor calidad.
Como se puede comprobar, diez días después de la toma de posesión del nuevo Gobierno el balance es esperanzador y pone en evidencia, nuevamente, que los socialistas cumplimos con lo que prometemos. Nuestro objetivo es que España progrese pese a los ataques intimidatorios y las amenazas de bloqueo de las derechas de este país que no son, si no, síntomas de desesperación. Los obstáculos que tratan de poner serán vencidos con determinación, compromiso y diálogo social.