Almería es una provincia con un gran patrimonio histórico y natural, que atesora unos de los yacimientos arqueológicos más importantes de la península ibérica, como el de Los Millares; que tiene unas playas que son la envidia de medio mundo y una huerta que abastece a Europa haga frío o calor. Sin embargo, con ser todo esto muy importante, lo que realmente la hace especial son nuestros vecinos y vecinas, los de cualquier pueblo o ciudad de la provincia, personas sencillas y trabajadoras que cada día dan lo mejor de sí mismas para sacar adelante a sus familias.
Dicen de nosotros que no nos quejamos lo suficiente, que somos un poco indolentes. Bueno, puede ser, pero creo que también algo tendrá que ver todo lo que hemos pasado en esta tierra, que ha sido mucho. Esa ‘fatiga’ de la que hablaban nuestros abuelos posiblemente la llevemos todavía incrustada en nuestro ADN.
Afortunadamente, hoy Almería es una provincia competitiva que con la mejora de las comunicaciones por tren y el aumento de los recursos hídricos lo será aún más. Gracias al esfuerzo de los almerienses y las almerienses, la provincia tiene hoy el reconocimiento internacional que le otorga la calidad de sus frutas y hortalizas, su piedra natural y su atractivo turístico. Como ya viene ocurriendo, a todo el que venga de nuevas le pasará como al que ya nos conoce, que no se querrá ir por mucho que sople el Levante o el Poniente, que también tienen lo suyo.
Para seguir construyendo nuestros pueblos y ciudades también es muy importante nuestra opinión, la de todos y todas. Este domingo vamos a tener la oportunidad de elegir en las urnas cómo queremos que se gestionen durante los próximos cuatro años. La democracia nos ha dado esta oportunidad y tenemos que aprovecharla cada vez que tengamos que elegir, que decidir sobre lo que nos gusta y lo que no. Si no participamos, alguien tomará las decisiones por nosotros y, entre una cosa y otra, no me cabe ni la menor duda de que siempre será mejor que seamos nosotros mismos los que decidamos.
En cada uno de los comicios, los políticos solemos hacer un llamamiento a la participación para que, de esa manera, el resultado que arrojen las urnas tenga la mayor representatividad posible. En estas elecciones, no les voy a sorprender, también les quiero animar a que voten, a que participen. Votemos y decidamos lo que queremos que sean nuestros pueblos y ciudades.