Manolo García ha recordado que esa conexión y un tercer carril hasta el centro comercial, ya las propuso el PSOE antes incluso de que se abriera este tramo de la Variante, pero que el PP lo rechazó
El portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Roquetas de Mar, Manolo García, ha lamentado el tiempo perdido por la “la mezquindad política” del alcalde del PP, Gabriel Amat, en la búsqueda de soluciones para conectar debidamente la Variante con Las Salinas.
Para García la pérdida ha sido doble, ya que el PSOE ya pidió antes de que se abriera el tramo de Variante hasta Gran Plaza que se emprendieran medidas para mejorar la conexión con Las Salinas y evitar el colapso de la rotonda del centro comercial. Por otro lado, también recuerda que si el Ayuntamiento hubiera sido “leal” a los intereses de los vecinos, en lugar de a los intereses del PP, se habrían licitado el proyecto de conexión en su debido momento y ajustado a los requerimientos técnicos.
En el primer caso, desde el PSOE se recordó que poco después de que se reanudaran las obras de la Variante, el Grupo Municipal Socialista presentó varias iniciativas para prever los flujos de tráfico que supondría la apertura del primer tramo hasta Las Salinas. “Era evidente que el tráfico se multiplicaría en la carretera de Alicún y en la rotonda del centro comercial y propusimos dos soluciones, el puente hacia la Avenida Reino de España y un tercer carril, de fácil ejecución, hasta el centro comercial, de forma que se aliviaran los dos carriles existentes entre el enlace de la Variante y la rotonda de Gran Plaza”, detalla Manolo García, que recuerda que el PP rechazó esas propuestas.
En cuanto al proyecto de conexión de la Variante con la Avenida Reino de España, para Manolo García el retraso y su segunda salida a concurso es un ejemplo más de la “chapucera” gestión de Gabriel Amat que, una vez más, “nos ha costado tiempo y dinero a los roqueteros”. El edil socialista ha recordado que Amat “se empeñó” en licitar el proyecto sin tener siquiera los terrenos, ni todos los permisos necesarios, como advirtieron entonces los propios informes municipales. Lo hizo “porque quería llegar a las elecciones municipales con la obra empezada, la seguridad y los criterios técnicos le importaron bien poco, como acostumbra”, a juicio de García.
Sin embargo, sobre aquel proyecto “hecho a toda prisa”, la Junta de Andalucía puso objeciones a la capacidad de desagüe de la rambla del Vínculo por el diseño del puente elegido, apoyado sobre pilares en el cauce que podrían haber sido un peligroso obstáculo. Unas deficiencias que “el PP usó para atacar a la Junta, pero que al final, ahora con ellos en el Gobierno de la Junta de Andalucía, han tenido que corregir igualmente, porque era una irresponsabilidad hacer un puente con una estructura que en caso de una gran avenida pudiera hacer que la rambla se desbordase”.
En este sentido, García asegura que “si el alcalde del PP hubiera esperado y atendido las correcciones que le recomendaron los técnicos de la Junta en su día, en lugar de haberse dedicado a explotar su habitual victimismo, posiblemente el proyecto estaría ya hecho y no habría sido necesario un vergonzoso segundo concurso, como consecuencia de esta forma de proceder tan chapucera como interesada”.
“Una tras otra, estamos viendo que ahora que el PP gobierna la Junta de Andalucía, se van desmontando todos los días sus mentiras, ya lo hemos visto con el IES de Las Salinas, que casi un año después de ganar las elecciones sigue sin tener los terrenos cedidos”. “Lo estamos viendo con el hospital, sobre el que Amat presumía de ser el único en España y en el mundo entero en poder hacer un proyecto de esta complejidad en pocos meses, y que a día de hoy no tiene siquiera la revisión del proyecto hecha; y lo vemos ahora también con este enlace, sobre el que el PP dijo todo tipo de barbaridades contra la Junta por las exigencias de los técnicos, que al final han tenido que atender, como no podía ser de otra forma, porque era una cuestión de seguridad para los vecinos que viven en esa zona”, concluye Manolo García.