Noemí Cruz lamenta el daño ocasionado a las familias por PP y Cs, que “cerraron el centro por motivos políticos, como ahora se ha demostrado”
El PSOE de Almería ha destacado que el compromiso y el empeño de la alcaldesa de Tahal, Trinidad Jiménez, ha hecho posible la reapertura del colegio del municipio, que cerró sus puertas a mediados del pasado año. La parlamentaria socialista Noemí Cruz ha señalado que, con la reapertura del centro, “se ha demostrado lo que el PSOE mantuvo siempre, desde el primer momento, que es que no había motivos que justificaran el cierre de este centro educativo, más allá de la voluntad de PP y Cs”.
“La mejor prueba de que el cierre del colegio fue una decisión política es que, gracias a la lucha de los socialistas y en especial de la alcaldesa de Tahal, se ha conseguido que reabra sus puertas”, ha señalado la responsable socialista. En este punto, ha recordado que los responsables del Gobierno andaluz “mintieron diciendo que el centro no estaba cerrado, luego dijeron que no era una decisión política y más tarde adujeron que no había niños suficientes, cuando la realidad es que el centro se podía haber mantenido abierto si así lo hubiesen querido, como ha terminado por evidenciarse”.
Cruz ha asegurado que la “lucha” de los socialistas por la reapertura de este centro ha sido constante, “tanto por parte de la alcaldesa como de los parlamentarios del PSOE andaluz”, convencidos, como estaban, de “la trascendencia que tienen los centros educativos para garantizar la igualdad de oportunidades, al margen de dónde se viva, así como para luchar contra la despoblación del mundo rural, ya que el cierre de un colegio en un pueblo es una sentencia de muerte para su futuro”.
Pese a la satisfacción por la noticia de la reapertura del centro, Cruz ha lamentado el “daño” que su cierre ocasionó a las familias que quisieron matricular a sus hijos allí el curso pasado. “El Gobierno andaluz antepuso el interés económico a su obligación de prestar unos servicios públicos de calidad y, como consecuencia, ha obligado durante un año a las familias a que sus hijos hagan 50 kilómetros diarios para ir al colegio o, en otros casos, a cambiar su residencia para evitarles a sus hijos de edades tempranas esos kilómetros injustificados, pese a que tenían en la calle de al lado de su casa un centro con unas buenas infraestructuras y dotado incluso de pizarras digitales por el anterior Gobierno, que sí tenía claro que la igualdad debe llegar a todo el territorio, desde las grandes capitales hasta los pequeños municipios”.