La manera valiente de encarar la pandemia de coronavirus, la exitosa negociación de los fondos europeos o la relevancia que han tenido las medidas que el Gobierno de España ha ido tomando para afrontar la crisis económica derivada de la guerra de Ucrania, le han terminado por poner nombre y apellidos a su verdadero protagonista: Pedro Sánchez, quien acaba de ser elegido nuevo presidente de la Internacional Socialista, la casa común del pensamiento progresista, que agrupa a más de 150 partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas.
La igualdad plena entre hombres y mujeres, poner la emergencia climática en el centro de la agenda política, económica y social; la apuesta por la paz y democracia; una economía justa e inclusiva y la defensa de los derechos de los y las trabajadoras, son las prioridades que se han abordado en el XXVI Congreso de la Internacional Socialista a propuesta del secretario general del PSOE y presidente del Gobierno.
En circunstancias como las que vivimos, el Gobierno progresista de España se ha convertido en un ejemplo para muchos países por sus políticas en defensa de la mayoría social de nuestro país. Cuestiones como la reforma laboral y los ERTEs; la subida del Ingreso Mínimo Vital y de las pensiones; la excepción ibérica para abaratar el precio de la energía o las inversiones extraordinarias que se están llevando a cabo gracias al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, han evitado que las sucesivas crisis – la de la covid 19 y la de la guerra de Putin- hayan tenido que ser soportadas por las familias, tal y como ocurrió con los gobiernos del Partido Popular.
A pesar de todo y contra todos los pronósticos de la derecha económica y mediática, el presidente del Gobierno español se ha forjado un liderazgo internacional que no ha pasado desapercibido para nadie en un momento en el que la derecha, no solo la española, sino la de medio mundo, está abonada al populismo y al delirio.
Que Feijóo tenga a la presidenta de la Comunidad de Madrid como su gurú de cabecera indica a las claras el camino por el que seguirá transitando el Partido Popular en los próximos meses y años. Su falta de coraje para desligarse de la sombra de la ultraderecha que le persigue desde hace tiempo y, sobre todo, su alarmante falta de liderazgo le pone frente al espejo de ese merecido reconocimiento que ha recibido Pedro Sánchez.